Uvas, cava, cotillón, vestido de fiesta, mucha música, amigos y hasta el cuñao de última hora… ¿Crees que lo tienes todo preparado para las campanadas y dar la bienvenida al año nuevo como se merece? En efecto, te falta una buena dosis de cine con la que ir calentando la fiesta y prever todas las situaciones que promete una cita tan única como la Noche de fin de año. En CINEMANÍA también somos precavidos y os proponemos hasta diez películas de diferentes géneros para celebrar el cambio de año según el ánimo con el que encaréis la noche. Luces, cámara y ¡uvas!
Clásica: El apartamento (Billy Wilder, 1960)
Para Billy Wilder hay dos maneras de dar carpetazo al año y la primera, repleta de optimismo, la dejó retratada en El apartamento. La historia, la conocemos todos, sigue a C.C. Buxter, interpretado por Jack Lemmon, quien le presta de manera ocasional a sus jefes su apartamento para que se encuentren con sus amantes, hasta que un día se da cuenta de que una de las chicas que lleva Sheldrake, su nuevo jefe, a casa es Fran (Shirley MacLaine), una ascensorista de la que está enamorado. Y el gran clímax de ese extraño triángulo, cómo no, sucede en Fin de año: ella se aburre en una fiesta a la que le ha invitado Sheldrake y desaparece para ir corriendo en mitad de la noche en busca de Buxter. El Fin de año canónico.
Noir: El crepúsculo de los dioses (Billy Wilder, 1950)
La otra manera de comenzar el año para el maestro Wilder es tirado en una piscina, claro que en El crepúsculo de los dioses lo que tumba a Joe Gillis (William Holden) no es el alcohol, sino una serie de malas decisiones que le conducen a la muerte. Tanto si tienes a una Norma Desmond (Gloria Swanson) como anfitriona de tu fiesta de Fin de año como si no, al menos una vez en la vida deberías comenzar los 365 días que tienes por delante con el visionado de este noir. Es la mejor película sobre Hollywood que se ha hecho sobre la meca del cine y una de esas historias cuyo cinismo socarrón ayuda a levantar cualquier resaca.
Con swing: La cuadrilla de los once (Lewis Milestone, 1961)
Si buscas inspiración para lograr el look de macarra con clase con el que despedir el año lo mejor es acudir a La cuadrilla de los once, con Frank Sinatra y su panda de crooners gambiteros dispuestos a hacer saltar la banca de Las Vegas. Esmoquín, humo, alcohol y testosterona eléctrica, todo encaja en esta película de atracos que se atrevió a versionar Steven Soderbergh en 2001 con George Clooney a la cabeza. Buena elección de casting, sin duda, pero nosotros nos quedamos con ese Rat Pack tan cantarín y juerguista.
Acción milénica: Días extraños (Kathryn Bigelow, 1995)
Cuando no existían ni Facebook ni Instagram, el cyberpunk era la tendencia que molaba y a la que se apuntó Kathryn Bigelow en esta estupenda cinta de ciencia-ficción y acción milénica ubicada en la Noche de fin de año de 1999. Ralph Fiennes está enganchado a una especie de consola que te hace vivir recuerdos y emociones del pasado, pero al ser testigo de un asesinato en uno de sus colocones virtuales se ve obligado a buscar al asesino en un Los Ángeles repleto de ira racial. La película cumple en 2015 veinte años pero parece que nos hable de nuestro presente. Por eso nos mola Bigelow.
Generacional: 200 cigarrillos (Risa Bramon García, 1999)
Si tienes menos de 30 y crees que la Noche de fin de año es la más mágica del mundo, tu película es 200 cigarrillos, que también es lo que crees que te has fumado cuando te levantas sin voz la tarde del 1 de enero. Pero una de las virtudes de esta cinta no su defensa del club del fumador, sino la cantidad de caras conocidas de distintas generaciones que desfilan por la pantalla, ya sea echando pestes de la Nochevieja o buscando ese beso soñado que les cambie la vida antes de las campanadas: de Ben Affleck, a Martha Plimpton, Christina Ricci, Paul Rudd, Casey Affleck o ¡Courtney Love!
Romántica: Cuando Harry se encontró a Sally (Rob Reiner, 1989)
Nos lo ha enseñado el cine: el amor que nace en Fin de año es para toda la vida y una de las películas más románticas por excelencia sitúa su grand finale, claro, en Nochevieja. No sólo eso, sino que también incluye una imagen de uno de los protagonistas corriendo en busca del otro para declarar su amor antes de que las campanadas borren de un plumazo los sentimientos. El beso que sella el amor y el futuro de la pareja es de esos con los que todos hemos soñado, con ese travelling moviéndose hacia atrás y abriendo el plano para enmarcar el morreo pasional de Harry y Sally entre serpentinas y confetti. Imposible mejorarlo en la vida real.
Coral: Noche de fin de año (Gary Marshall, 2011)
Entre 200 cigarrillos y Cuando Harry encontró a Sally, esta Noche de fin de año de Gary Marshall es el mash-up definitivo para perezosos románticos a los que les gustan las películas corales que tan de moda se pusieron en los 2000. Como si Love Actually en vez de en Navidad pasara en Nochevieja, es decir, desfile de muchas caras de guapos y guapas actrices (¡hasta sale Bon Jovi!) corriendo como locos por ver cumplidos sus deseos antes de que el reloj marque las doce.
Melodramática: Tú y yo (Leo McCarey, 1957)
Lo hemos dicho antes y lo volvemos a repetir: el amor que nace en Fin de año es para toda la vida. Mucho antes de la verborrea entre Harry y Sally nos enseñaron esa gran verdad cinematográfica Deborah Kerr y Cary Grant cuando se enamoraron una Nochevieja en este clásico del melodrama romántico de los 50 y en el que Leo McCarey se versionaba a sí mismo. Lo único que se puede entrometer entre Tú y yo es la hora, pero viéndola probablemente te olvides hasta de las uvas.
Cómica: Entre pillos anda el juego (John Landis, 1983)
Dan Aykroyd pasa de levantarse entre sábanas de seda por las mañanas a mendigo borrachuzo, y Eddie Murphy a la inversa, entre la Nochebuena y la Nochevieja de principios de los ochenta en este clásico de la risa de John Landis. La gran venganza contra la pareja de millonetis que juegan con las vidas de uno y otro se fragua una Noche de fin de año en un tren y con Jamie Lee Curtis haciéndose la sueca sexy, esa tautología, para engatusar a los engatusadores. Perfecta.
Fuera de casa: Four Rooms (VV. AA., 1995)
Para muchos, un hotel es el lugar ideal para celebrar el cambio de año y por esta razón Allison Anders, Alexandre Rockwell, Robert Rodriguez y Quentin Tarantino decidieron que esta comedia loca episódica ocurriera en un hotel algo decadente y con el botones del establecimiento, interpretado por Tim Roth, como hilo conductor. Además de champán, también hay un aquelarre, peleas conyugales, unos niños odiosos, algo de sangre y mucha mala baba. Vamos, lo que nos encontramos también en nuestras mesas familiares navideñas. Verla es sentirse en casa.
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