Es prácticamente imposible y no nos queda más remedio que esperar a finales del 2015 y sus números para saber si sólo fue una moda pasajera o de verdad empiezan a romperse los prejuicios contra el cine español, aunque cifras como las de este año son díficiles de superar. Y es que, además de batir récords en taquilla, el cine español ha vuelto a triunfar en festivales internacionales, aunque haya sido con otros títulos. ¿Ha llegado la hora de que el público dé la oportunidad a un cine español más pequeño? Hagamos un repaso a ambos fenómenos.
El fenómeno de '8 apellidos vascos'
56 millones de euros es lo que ha recaudado '8 apellidos vascos', convirtiéndose en la película más taquillera de la historia en nuestro país. Emilio Martínez Lázaro, su director, todavía debe estar pidiendo que le pellizquen para creerse que aquello que comenzó como una comedia tonta sobre las diferencias culturales entre vascos y andaluces fuera a causar tanto furor y mucho menos, convertirse en un fenómeno visto por 10 millones de espectadores, cifra que según los estudios, significa que buena parte del público fue a ver la cinta al cine más de una vez.
Es díficil explicar el éxito de la cinta —aunque mi compañero Juan Luis hizo un acertado análisis sobre ello—, pero ya sea por la complicidad de todo su reparto, el humor fácil y universal y a la vez muy español, la salvaje campaña publicitaria y las ganas del público español de reírse y dejar las preocupaciones en la butaca con la que está cayendo, podrían ser algunas de las claves de que los especadores fueran en masa a ver la cinta de Emilio Martínez Lázaro.
Pero explicar esos 123 millones de euros de recaudación se complica cuando uno analiza el resto de películas españolas que han recaudado cifras nada despreciables y que poco, o nada, tienen que ver con la comedia. Y es que los espectadores también han ido en masa —de forma más moderada, pero han ido— a ver títulos como 'El niño' de Daniel Monzón (16,2 millones de euros), 'Torrente V: Operación Eurovegas' de Santiago Segura (10,7 millones) o la fantástica 'La isla mínima' de Alberto Rodríguez (6 millones). Lo que demuestra que el público, está empezando a descubrir que el cine español es más que cine sobre la guerra civil.
'Magical Girl' y los festivales internacionales
No decimos nada nuevo cuando afirmamos que el cine español siempre gustó más fuera que dentro de nuestras fronteras y los festivales internacionales de todo el mundo siempre lo han tenido muy presente. Este año, no podía ser menos, y el gran ejemplo nos lo topamos con 'Magical Girl' de Carlos Vermut —para una servidora, en el top 10 de lo mejor del año—, ganadora de la Concha de Oro a la Mejor Película y la de Plata a la Mejor Dirección en el 62º Festival de Cine de San Sebastián. Esta cinta extrañamente bella y oscura puede que no haya conseguido los números de los títulos citados antes, pero se mantiene en algunas salas meses después sin dejar indiferente a nadie.
Pero el segundo largo de Carlos Vermut no ha sido la única en recibir alabanzas tras su paso por diferentes festivales internacionales. Ahí están Carlos Marques-Marcet y su debut, '10.000 Km' que ha pasado por tantos festivales que nos resulta díficil numerarlos; la durísima 'Hermosa Juventud' de Jaime Rosales o 'Relatos Salvajes' de Damián Szifrón, que estuvieron en Cannes o la todavía pendiente de estreno 'Musarañas' de los debutantes Esteban Roel y Juanfer Andrés.
Todos ellos títulos muy diferentes pero que confirman que en el cine español hay algo más allá del interés por la taquilla y las recaudaciones. Formas de entender el cine, la vida y el arte y que hacen a nuestro cine digno merecedor de ser séptimo arte.
¿Y entonces?
¿Entonces? El cine español ha hecho historia en el 2014. No sólo a nivel de calidad y reconocimiento internacional —algunos eso ya lo sabíamos desde hace años—, sino también parece que, finalmente, ha conquistado al público y uno empieza a no tener que sacar las garras para defender el talento de nuestro cine. Unas cifras mágicas con las que hay que ser muy cautelosos porque ahora nos ponen muy contentos porque nos permiten seguir adelante y hacer todo tipo de cine, pero que el año viene podrían estar en nuestra contra si no llegamos ni a la mitad.
A mí me gusta pensar que algo está cambiando en la mente del espectador que está haciendo que vaya al cine —porque amigos, en España se han hecho comedias mucho mejores que '8 apellidos vascos' y algún que otro thriller tan bueno como 'La isla mínima' antes— y pierda ese prejuicio injustificado que existe hacia un cine español que ni siquiera han visto. Pero hay que ir con cuidado, porque todo podría ser un espejismo y es que como bien dicen en una de las películas del año —'Magical Girl', para los curiosos—, los españoles "no sabemos si somos racionales y emocionales" y con nosotros nunca se sabe.
Vía | El País
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