Como si de uno de los epígrafes de la Operación Treadstone se tratara, la próxima película de la saga Bourne está generando un tráfico de secretos, luchas de poder y luz de gas en los despachos de Universal que bien podrían armar el guión de una historia de espionaje internacional. Deadline afirma que Paul Greengrass y Matt Damon se reunirán para hacer una nueva entrega de la saga, a pesar de que el productor Frank Marshall desmintiera a principios de verano los rumores de que algo así fuera a pasar.
Hagamos un poco de historia. Todos sabemos que después de El ultimátum de Bourne (2007), el director Greengrass y Damon intentaron poner en marcha una cuarta entrega de la saga que no salió a flote por lo que ambos decidieron liquidar a Jason Bourne en sus mentes y dedicarse a otros proyectos. El estudio no quiso renunciar a la exitosa franquicia de espionaje que tenía entre manos, su propio James Bond, y siguió adelante con El legado de Bourne (2012), el intento bastante decepcionante de pasar el testigo a un nuevo agente, Aaron Cross, interpretado por Jeremy Renner. A pesar de todo, una continuación de esa línea narrativa se puso en marcha con Justin Lin a la dirección, recién salido de su etapa Fast & Furious, e intención de estrenar en 2015.
Mientras, cada vez que un periodista hablaba con Damon le preguntaba por Bourne y el actor afirmaba que no volvería a la saga si no era bajo dirección de Greengrass. Poco a poco, cada vez fue mareando más con el tema y, a medida que vehículos para su lucimiento como Un lugar para soñar (2011) o Elysium (2013) iban pinchando en taquilla, la perspectiva de volver a ganar dinero con Bourne se iba dibujando en rumores también impulsados por la decisión de Universal de retrasar Bourne 5 hasta 2016. Fue en ese momento cuando Latino Review aseguró que el retraso se debía a que el estudio estaba esperando incorporar a Damon al reparto, algo que el productor Frank Marshall se apresuró a negar.
Tras las últimas noticias, en The Playlist apuntan que Damon podría haber estado pensándoselo, pero no querer aparecer incrustado en la película de Aaron Cross que ya estaba planeada, por lo que Universal decidió retrasarla mientras buscaba un nuevo guión que hiciera más orgánico el regreso. Mientras, al parecer se mantuvo a Lin y Renner al margen de las conversaciones y el flujo de información, motivo por el que se negaba cualquier aspecto relacionado con el tema que saltaba a los medios. Hasta ahora, que no sólo Greengrass y Damon ya tienen su propio proyecto para traer de vuelta a Bourne por todo lo alto, sino que se quedan con la fecha de estreno prevista para verano de 2016. ¿Qué va a pasar ahora con el proyecto de Lin y Renner? Buena pregunta. Según Deadline, seguirá adelante como su propia franquicia spin-off, con la intención de hacer coincidir ambas sagas en el futuro.
Via;Cinemania
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