El festival alcanza la mitad del trayecto con la decepcionante participación de Bennett Miller y una preciosidad más de la japonesa Naomi Kawase. Por NANDO SALVÁ
¿Qué hemos visto? 1. Foxcatcher, de Bennett Milller: Miller toma un asunto de página de sucesos —el campeón de lucha libre Mark Schultz y su hermano Dave establecieron lazos profesionales y afectivos con John du Pont, multimillonario esquizofrénico, que acabaron en asesinato— y trata de convertirla en una tragedia griega. No le sale. Mejor le habría ido adoptar parte del tono grotesco de Dolor y dinero, de Michael Bay, pero quien haya visto Capote (2005) y Moneyball (2012) ya sabe que Miller no es capaz de eso. 2. Still the Water, de Naomi Kawase: en su cuarta participación en la competición del certamen, la japonesa ha demostrado que versátil precisamente no es, pero lo que hace lo hace de maravilla. Aquí retrata un amor adolescente y lo rodea en medio de enfermedad, muerte y desastres naturales. Una preciosidad.
¿Qué has comido? Cenorrio de gorra en uno de los mejores restaurantes de Cannes, Gaston Gastounette: un risotto con trufas y una lubina laminada de los de dar gracias a Dios.
¿Con quién has hablado? Con Jessica Chastain, muy mona. El mes que viene visitará Madrid por una boda. Con Lisandro Alonso, que habla de su peli, Jauja, como si se la hubiera dirigido un primo suyo. Con Viggo Mortensen, que lucía un pin del Real Madrid en la solapa de la americana.
¿Qué esperas de la jornada de mañana? Que los Dardenne cumplan; que el debut como director de Ryan Gosling sea la marcianada que promete ser; no caer dormido en el cine.
Cannesometro: 1. Winter Sleep; 2. Timbuktú. 3. Still the Water.
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