Los superhéroes creados por Marvel han llegado al cine para quedarse, ya que su presencia en la gran pantalla no solamente no va a decaer, sino que los estudios van a exprimirlos hasta que llegue el momento —si es que llega— en el que el público pierda todo interés en ellos. Eso sí, no todos forman parte del mismo universo cinematográfico, aunque son las aventuras cinematográficas creadas por la propia Marvel las que han gozado de un mayor apoyo popular.
Todo hacía indicar que sería ‘Los Vengadores 2: La era de Ultrón‘ (‘Avengers: Age of Ultron’, Joss Whedon, 2015) la cinta que realmente pudiese discutir el cetro de mejor película Marvel a su primera entrega, viéndose a títulos como ‘Capitán América: El soldado de invierno‘ (‘Captain America: The Winter Soldier’, Anthony y Joe Russo, 2014) como un mero trámite hasta que llegase lo realmente bueno. Ya podéis ir olvidándoos de esa idea, porque la segunda entrega de las aventuras del Capitán América es lo mejor que hemos visto de Marvel hasta el momento.
‘Capitán América: El soldado de invierno’, una película de superhéroes diferente
Con ‘Capitán América: El primer vengador‘ (‘Captain America: The First Avenger’, Joe Johnston, 2011) se apostó por un afortunado cruce entre cine bélico y de aventuras para introducir a un personaje cuya presencia en ‘Los Vengadores‘ (‘The Avengers’, Joss Whedon, 2012) era obligatoria, lo cual podía llegar a transmitir la sensación de que la película era poco más que un simple trámite para que el público conociera al Capitán América y evitar así la posibilidad de que los espectadores lo equiparasen a Ojo de Halcón, el vengador que ha acabado convirtiéndose en objeto de infinidad de bromas.
A decir verdad, no culparía a los espectadores que vean varios títulos producidos por Marvel como simples pasos hacia la culminación con una nueva aventura cinematográfica de Los Vengadores, pero me costaría entender ese relativo desprecio hacia ‘Capitán América: El soldado de invierno’. Por lo pronto, se obvia la saturación cómica presente en ‘Thor: El mundo oscuro‘ (‘Thor: The Dark World’, Alan Taylor, 2013) y, sobre todo, ‘Iron Man 3‘ (Shane Black, 2013) que las convirtió a ojos de algunos en unas astracanadas, ya que aquí, sin renunciar al humor —se utiliza a cuentagotas y con una efectividad irrebatible—, se apuesta por por una excelente puesta al día de los thrillers de espías.
Es evidente que la acción tiene una fuerte presencia en ‘Capitán América: El soldado de invierno’, ya que es lo que el público demanda de este tipo de películas, pero los hermanos Russo no quieren que su atractivo se limite a una serie de set pieces más o menos conseguidas, pues prefieren que éstas sean las cimas de una historia bien hilvanada que sepa captar nuestro interés. Eso sí, conviene tener en cuenta que la propia Marvel ha ido creando ciertas limitaciones a la tensión dramática que sus películas pueden alcanzar y que la existencia previa de los cómics también resta impacto a según qué sorpresas.
Salvando eso, ‘Capitán América: El soldado de invierno’ difícilmente podría jugar mejor con las cartas que tiene a su disposición. El primer acierto es relativizar el protagonismo del Capitán América en beneficio de conseguir transmitir la sensación de ser un equipo el que está luchando contra esta nueva amenaza para la paz mundial. Equipararlo a Los Vengadores sería un error, pero al menos sí que se entiende que Iron Man o Thor no hagan acto de presencia sin que esto se traduzca en una especie de banalización de la amenaza en cuestión, que es lo que sucedía en ‘Thor: El mundo oscuro’, pero aquí es la némesis ideal para nuestro superhéroe.
El estimulante e inesperado equilibrio entre historia y acción
Soy consciente de que los tejemanejes entre bastidores son menos estimulantes a la vista que las batallas marcadas por la destrucción, pero el guión de Christopher Markus y Stephen McFeely consigue un delicado equilibrio entre ambas realidades que los hermanos Russo saben explotar para regocijo de los que queríamos algo más que un buen entretenimiento, algo que también nos ofrece esta segunda misión en solitario de Chris Evans —obvio que no está al mismo nivel que en ‘Rompenieves‘ (‘Snowpiercer’, Bong Joon-ho, 2013), pero nada puede reprocharse a su trabajo aquí—, aunque ahí sí que haya que reconocer que ‘Los Vengadores’ sigue siendo el rival a batir.
Ese equilibrio se transmite también al reparto de las escenas de acción, donde por fin podemos ver dándolo todo a Samuel L. Jackson, pero también al resto de aliados del Capitán América. A cambio, los Russo reservan para nuestro protagonista las mejores peleas cuerpo a cuerpo que nos ha ofrecido hasta ahora Marvel y todo ello sin caer en una ridícula espiral de muerte y destrucción como sí sucedía en ‘El hombre de acero’ (‘Man of Steel’, Zack Snyder, 2013). Incluso Halcón, un personaje que bien podría haber quedado reducido a ser relleno deluxe como sucedía con Don Cheadle en ‘Iron Man 3’, tiene su oportunidad para ser importante y ganarse nuestro cariño.
Habrá quien quiera utilizar despectivamente la palabra previsible a la hora de valorar ‘Capitán América: El soldado de invierno’ y es que es verdad que hay ciertas claves del argumento que uno da por sentadas por un motivo u otro, pero la clave es que la película sepa jugar con ellas e integrarlas dentro del relato sin que haya grandes bajones de interés. Los Russo se encargan de que eso no suceda en ningún momento, ya que el respeto a la inteligencia del espectador se convierte en algo esencial para que la trama de espionaje no se venga abajo.
La clave para el éxito de los Russo es haber estructurado de tal forma la película que todo encaje perfectamente en su lugar y que nada transmita la sensación de haberse añadido para arreglar posibles problemas —recordemos que Loki ganó importancia en ‘Thor: El mundo oscuro’ por ello— o simplemente para preparar lo que está por venir. Y además abrazando sin miedo la necesidad de añadir ciertos cambios de importancia al universo cinematográfico Marvel, aunque dejándonos con la miel en los labios sobre lo que eso realmente supondrá.
Creo que ni es necesario incidir en la espectacularidad de la propuesta, ya que eso es algo que ya se da por sentado y en lo que nadie se sentirá defraudado, pero sí en que realmente haya un buen desarrollo de personajes —hasta consiguen dar suficiente entidad a Viuda Negra como para que nos interese su odisea vital, algo que hasta ahora Marvel no había hecho precisamente bien— esencial para esa inesperada armonía conseguida por los Russo, ya que sus diálogos tampoco son nunca relleno, sino una pieza esencial para la construcción de ‘Capitán América: El soldado de invierno’ como un todo compacto y sin fisuras.
Podría seguir incidiendo en ciertos detalles, pero prefiero que seáis vosotros los que descubráis en todo su esplendor los motivos por los que ‘Capitán América: El soldado de invierno’ es lo mejor que Marvel nos ha ofrecido hasta ahora, siendo ahora más razonable ese movimiento kamikaze para enfrentar directamente a la tercera entrega contra la tan esperada como temida ‘Batman vs. Superman’ (Zack Snyder, 2016). Y es que simplemente estamos ante la primera vez que la compañía sabe conjugar la necesidad de ser un gran entretenimiento con la posibilidad de ser una película estimulante más allá de sus escenas de acción y sus jocosas bromas. Bravo.
VIA:BLOG DE CINE
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