Conoce los detalles de cada ritual de la carrera por los Oscar desde dentro gracias al corto español nominado, 'Aquel no era yo', dirigido por Esteban Crespo. Por JAVIER AGUAYO
Sin duda el día de hoy ha marcado un punto de inflexión en la carrera por el Óscar de Aquel no era yo. Tocaba la famosa Comida de Nominados, en la que los doscientos y pico candidatos son invitados junto con un acompañante a este “Nominees Luncheon” en el hotel Berverly Hilton (Beverly Hills). Llegamos puntualmente a las 11:30am en nuestro coche alquilado, y queriendo sentirnos un poco estrellas, hacemos uso del “valet parking” (aparcacoches), ante la atenta mirada de las decenas de fans y los miembros de seguridad del evento. Nosotros, ante la duda, llevamos muy a la vista el sobre que recibimos unas semanas atrás con las invitaciones al evento, y que luce el bonito logo de los Oscar. Entramos al hall y aparentando normalidad nos acercamos a los mostradores donde los organizadores reciben a los invitados. Sin querer buscar demasiado, nuestras miradas se topan con Ethan Hawke, quien va un poquito delante de nosotros. Enseguida vemos a Raquel, miembro de la organización que nos ha tomado mucho cariño después de tantos emails y llamadas telefónicas, antes de conocernos en persona la semana pasada en las oficinas de la Academia. El sentimiento es mutuo. La saludamos de manera afectuosa, ya que además siempre gusta encontrarse con una cara conocida en un evento así. Nos facilita la recogida de nuestras placas identificativas (la del nominado en amarillo con su nombre y categoría por la que está nominado, la del acompañante sólo con el nombre y el fondo blanco). Además nos adelanta que tenemos una mesa estupenda. Muy, muy buena, dice. Qué nervios.
Nos dirigimos hacia el photocall, donde después de hacer una pequeña cola (donde somos seguidos por algunos nominados de Gravity, gran favorita), pasan a Esteban para saludar a la presidenta de la Academia, y seguidamente le toman unas fotos. Yo me he apresurado a pasar por detrás para robar unas fotos del momento con mi propia cámara. Es emocionante escuchar a los fotógrafos decir “Esteban, aquí Esteban, mira aquí por favor”, como tantas veces hemos visto que les sucede a las estrellas de Hollywood en estas situaciones.
Una vez dentro del salón nos dirigimos a la zona del bar, habiendo previamente localizado visualmente nuestra mesa, la número 12, justo en el centro de la sala. No mentía Raquel, muy buena situación. Pedimos un par de bebidas para brindar por el gran momento que estamos viviendo, y observamos nuestro alrededor, siendo conscientes de lo afortunados que somos. Interactuamos con algunos nominados, como Jason Cohen (buen apellido), nominado a mejor corto documental. Empiezan a desfilar por allí caras conocidas, como Sandra Bullock, o el nominadísimo Alfonso Cuarón. Observamos con respeto, y cotilleamos un poco como buenos españoles. Al cabo de un rato nos piden que vayamos ocupando nuestros asientos. Nos dirigimos hacia la mesa 12, en la cual ya están sentados uno de los gobernadores de los Oscar y su esposa, un par de productoras de documentales, y a mi izquierda John Ridley (guionista de 12 años de esclavitud) y su esposa. Los dos asientos a la derecha de Esteban quedan vacíos por el momento (lo cual sospechamos indica que quien se va a sentar allí es una celebridad de Hollywood, ya que suelen llegar elegantemente tarde). Y no nos equivocamos, ya que Cate Blanchett y su acompañante los ocupan, para alegría nuestra, claro.
Con Cate (así la llamamos nosotros) hablamos sobre Blue Jasmine y Javier Aguirresarobe (director de fotografía), cuyo hijo, Jon, es amigo nuestro, y con el que pasamos el domingo viendo los Goya en casa de Susana Casares con otros veintitantos españoles afincados en LA. Gracias Susana por tu hospitalidad y tortilla de patatas. Cate no tiene más que palabras de alabanza sobre el trabajo y la persona de Javier. Nos cuenta sobre Blue Jasmine, sobre Woody (así le llama ella) y el maravilloso trabajo de Javier. Historias de Hollywood, ya saben ustedes…
Con John Ridley la conversación es también tremendamente fácil. Muy llano y cercano. Nos habla de otras películas que ha escrito como Tres reyes o Giro al infierno. La verdad es que la estampa en la que nos encontramos es de película total. En las mesas de atrás tenemos a David O. Russell, Meryl Streep, Leonardo DiCaprio... Un poco más allá Sandra Bullock, Mathew McConaughey, Christian Bale, Cuarón, Amy Adams (de rojo y espectacular), Bradley Cooper, Bono… y justo delante de nosotros, en nuestra línea visual, la razón por la que Esteban Crespo hace cine, Martin Scorsese. Hay un momento en el que a pocos metros de nosotros se da una espontánea reunión: Leonardo DiCaprio, Martin Scorsese y Harvey Wenstein. Da un poco de vértigo ver a tales pesos pesados de la interpretación, dirección y producción charlar distendidamente tan cerca. Dan ganas de acercarse, ponerle el brazo en el hombro a Harvey, y soltar un “¿De quién estamos hablando?”. Pero no lo hacemos, claro, porque no queremos ser echados a patadas de la ceremonia o de Hollywood (no al menos tan pronto).
Momento tremendamente emocionante cuando en la pantalla que preside la sala aparece el nombre de nuestro corto, Aquel no era yo, entre títulos de largometrajes, documentales, animación… y sin dar más importancia a uno ni otro. Durante toda la ceremonia sobrevuela la elegancia y sencillez. Por momentos se nos olvida que estamos en Hollywood. Qué gran idea no hacer distinciones y mezclar a todos con todos en esta comida, ya que no hay una mesa de “mejores actores”, sino que hay actores sentados con sonidistas, guionistas… Y que estés en un número de mesa alto no quiere decir nada. Jonah Hill o Scorsese estaban sentados más lejos que nosotros, por ejemplo.
Hay varias intervenciones durante la comida. La primera de la presidenta, seguida de los productores de la ceremonia. Bromean sobre que la misma será vista por aproximadamente 1 billón de personas, y que los premiados sólo tendrán 45 segundos para su discurso. Una vez transcurrido ese tiempo, la música comenzará a sonar.
El actor y gobernador de la Academia Ed Begley Jr es el encargado de ir nombrando a los más de 150 nominados que están hoy aquí (falta mi querida Jennifer Lawrence, snif), para que vayan subiendo a un estrado donde se les tomará lo que ellos llaman “la foto de clase”. Es divertido ver cómo los que han trabajado juntos se animan unos a otros. Gran emoción para nosotros cuando llaman a Cate, pero aún mayor cuando dicen el nombre de Esteban Crespo.
Sonriente a la par que veloz sube al estrado para posicionarse entre Cate y John, que sube tras él, y Esteban se coloca nada menos que delante de (aguanten todos sentados en sus asientos) Meryl Streep. Durante los próximos 20 minutos la diosa de la interpretación se apoyará repetidas veces en el hombro de Esteban mientras se ríe charlando con O. Russell y Pharrell (el cual lleva si se me permite la expresión, un sombrero de lo más estúpido). Mi dire y yo intercambiamos miradas constantemente. La primera de todas significa claramente “¿has visto dónde me han puesto?”. La segunda “¿pero tú has visto dónde me han puesto chaval?”. El resto de miradas van en la línea de “flipa chaval” y similar, sin terminar de salir de su asombro. Los que se llevaron más aplausos yo creo que fueron DiCaprio, Cuarón y McConaughey. Cuando ya estaban todos en su sitio, se dio la situación que se da en cualquier foto de grupo “Uno, dos, TRES”.
Después de repetir la operación unas cuantas veces, copa de champagne y a celebrar. De nuevo realmente emocionante al estar junto a todos los citados nombres tan cerquita. Nos acercamos a saludar a Alfonso Cuarón, que encantador nos devuelve el saludo y nos desea mucha suerte. Por ahí anda Bullock, McConaughey, Jonah Hill, Jared Leto… y por supuesto, el gran Martin Scorsese.
Nos acercamos y soy testigo de un momento precioso: Esteban, corazón en mano, le dice a Martin “Señor Scorsese, quiero que sepa que yo hago cine por usted. Imagino que esto se lo dirán constantemente”. A lo que el citado director contesta con un “Oh, muchas gracias” y un gesto de “estás exagerando”. Qué maravilla poder conocer a gente tan grande y tan humilde. Accede gustoso a hacerse foto con nosotros. Grande Scorsese.
De ahí, estrechamos manos y compartimos fotos con Steve McQueen, Jonah Hill, Jared Leto, y nuestro amigo John Ridley. Vemos cómo las grandes como Meryl y Bullock salen con sus managers o publicistas por una puerta trasera, para probablemente continuar el día con entrevistas y otros eventos. Me paro un momento a pensar cómo hace no mucho tiempo un servidor ponía su primer póster de adolescente con la imagen de Sandra Bullock en la pared de su habitación. Cada vez que hablo con mi madre por teléfono estos días me lo recuerda. La Bullock, la llama ella…
Nosotros salimos por la puerta principal, claro, y nos despedimos de nuestra amiga de la Academia Raquel, para dirigimos a la segunda planta del mismo hotel, ya que Esteban tiene una entrevista para Shorts HD, un festival paralelo a los Oscar que se ocupa primordialmente de la proyección de los cortos de ficción, documental y animación en cines y otras plataformas digitales. Conocemos e interactuamos con otros cortometrajistas. Con quien mejores migas hacemos es con el equipo del corto de ficción finlandés, comedia que pudimos disfrutar en el festival de Palm Springs el pasado mes de junio.
Y de ahí, corriendo a la casa que hemos alquilado en Hollywood para cambiarnos e ir con el resto del séquito español a la fiesta del Hollywood Reporter…
Esteban Crespo y Javier Aguayo
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