Aunque no hiciera falta —y no sólo porque incontables son las veces
que la he llegado a ver en los últimos treinta años, sino porque
guardaba fresco en el recuerdo aquél día de diciembre de 1987 en que
acudí al cine a disfrutarla por primera vez—, si para algo sirvió esa
espléndida iniciativa llamada Rewind que Cinesa llevó a cabo este pasado
verano, fue para corroborar que ‘Robocop’ (id, Paul Verhoeven, 1987) pertenece
por derecho propio al amplio puñado de filmes de los ochenta sobre los
que el tiempo no ha pasado por encima cual apisonadora, haciendo aún más palpable lo a priori injustificado del remake que, de mano de José Padilha, llegará a las carteleras españolas el próximo 14 de febrero,
sólo dos días después de su estreno al otro lado del charco —aunque en
ciertos países asiáticos comenzara su andadura ayer mismo.
Un remake que, al margen de las típicas disquisiciones que
defienden la idea de aproximar la historia a actuales generaciones de
espectadores —unas disquisiciones que no pueden ser más endebles, pero
en fin…—, abre de nuevo el eterno debate dual tanto sobre la necesidad
de Hollywood de estar rehaciendo constantemente producciones de toda
índole como, sobre todo, acerca de la alarmante carencia de imaginación que esta cómoda práctica ostenta y que pone de manifiesto una y otra vez que, en cuanto a originalidad, cualquier tiempo pasado casi siempre fue mejor.
El argumento
Año 2028, la compañía multinacional OmniCorp manda en el área de la
tecnología robótica. Sus robots han ganado todo tipo de guerras fuera
del territorio estadounidense y ahora quieren aplicar esa tecnología
punta en el ámbito nacional. Por otra parte, Alex Murphy es un policía
de Detroit que se esfuerza al máximo por acabar con la ola de crimen que
arrasa la ciudad. Después de ser críticamente herido durante el
cumplimiento del deber, OmniCorp aprovechará la ocasión para utilizar su
gran conocimiento de la ciencia robótica y salvar a Alex, dotándole de
nuevos e increíbles poderes, que irán acompañados de problemas a los que
un hombre corriente jamás ha tenido que enfrentarse.
El director
De la misma manera que hace veintisiete años el ‘Robocop’ original suponía el debut en la meca del cine de ese holandés llamado Paul Verhoeven,
esta nueva encarnación de las aventuras de Alex Murphy suponen el
desembarco del brasileño José Padilha en tierras Hollywoodienses. Y si
Verhoeven contaba a sus espaldas con un nutrido puñado de títulos que
apoyaban su forma de hacer cine —títulos entre los que se contaban
espléndidos ejercicios cinematográficos como ‘Los señores del acero’ (‘Flesh + BLood’, 1985)—, en el que caso que nos ocupa han bastado dos, y sólo dos producciones para refrendar la apuesta de las productoras por el cineasta sudamericano.
Y estos no son sino las dos entregas de ‘Tropa de élite’ (‘Tropa de elite’, 2007), un duo de enérgicos filmes con los que el cineasta oriundo de Rio de Janeiro se descubría como una de las voces más sólidas a tener en cuenta dentro del panorama del cine al sur del Ecuador,
corroborando además que lo interesante de sus propuestas documentales
tenía continuidad en las asombrosas ficciones de acción que suponen las
citadas películas.
Los actores
Con el nulo o limitado interés que, respectivamente, reviste el que el sustituto de Peter Weller sea Joel Kinnaman —cuyo papel más relevante hasta la fecha has sido en la versión americana de la televisiva ‘The Killing’ (id, 2011-)— o el que su esposa en la gran pantalla venga interpretada por esa bella australiana que es Abbie Cornish, una actriz que se ha dejado ver en producciones que van del talante de ‘Sommersault’ (id, Cate Shortland, 2004) a lo infumable de ‘Sucker Punch’ (id, Zack Snyder, 2011), donde se hace relevante este remake de ‘Robocop’ es en el plantel de secundarios que acompañan a los citados intérpretes.
Una terna que componen sendos nombres que, al menos en lo que
respecta al que esto suscribe, están más allá de necesitar una
presentación que repase, de la forma que sea, sus respectivas
trayectorias cinematográficas. Gary Oldman, Michael Keaton y Samuel L.Jackson, tres actores que justificarían por si solos el acudir a los cines a ver qué diantres se han sacado los (ir)responsables de la Metro y Columbia de la manga para esta nueva encarnación de la justicia robótica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario