Aún estamos con la resaca del anuncio de las nominaciones a los Oscar, pero lo cierto es que yo no encontré ninguna gran sorpresa entre las aspirantes al premio. De hecho, me llamó mucho más la atención algunas de las elecciones entre las candidatas a los Razzie, pero bueno, hace ya años que estos galardones han perdido toda credibilidad. Sin embargo, volvamos de nuevo a los premios de la Academia de Hollywood, ya que a lo largo de su dilatada historia se han cometido auténticas burradas, tanto a la hora de elegir a las nominadas como cuando se han anunciado a los “mejores” de ese año.
Es por ello que he querido hacer una pequeña selección de los que considero que son los diez oscar más inmerecidos, aquellos que nunca debieron darse. Para ello he tenido en cuenta tanto la calidad del trabajo del premiado como la competencia que tenían ese año, por lo que quizá encontréis varias sorpresas entre mis personales elecciones —a mí mismo me cuesta entender que haya acabado teniendo que dejar fuera ciertos premiados—, pero os prometo que me he limitado a ser sincero y la única “trampa” que he hecho es que ante la duda, he optado por elegir el caso de la categoría que tuviera menos representación en la lista. Sin más que añadir, os invito a descubrir mi selección y a debatir al respecto en los comentarios.
Al Pacino mejor actor por ‘Esencia de mujer’ (‘Scent of a Woman’, Martin Brest, 1992)
Los premios compensatorios son algo relativamente común en la Academia de Hollywood —aunque también hay casos en los que se esperaba algo así y luego el galardón fue a manos de otra persona— y hay ocasiones en los que se cometen errores tan clamorosos como el concedido a Al Pacino por su participación en ‘Esencia de mujer‘. Ni mucho menos quiero decir que se trate de una mala actuación, pero sí de una que depende demasiado de un par de escenas —la del baile por ejemplo— y que en el cómputo global jamás debió llevarse el premio.
Además, la competencia ese año tenía mucho nivel, ya que también teníamos nominados a Robert Downey Jr. en ‘Chaplin’ (Richard Attenborough, 1992), Clint Eastwood por ‘Sin perdón’ (‘Unforgiven’, Clint Eastwood, 1992), Stephen Rea por ‘Juego de lágrimas’ (‘The Crying Game’, Neil Jordan, 1992) y Denzel Washington por ‘Malcolm X’ (Spike Lee, 1992). Y es que Al Pacino debería tener al menos un Oscar en casa, pero es una injusticia bastante importante que lo tenga precisamente por liderar la cinta de Martin Brest. De hecho, ese mismo año también estaba nominado como mejor actor secundario por ‘Glengarry Glen Ross‘ (James Foley, 1992) y hubiese sido mucho más merecido haberlo ganado ahí.
‘Brave’ (Mark Andrews, Brenda Chapman y Steve Purcell, 2012) mejor película animada’
Un Oscar por ser la película de Pixar de ese año, así de sencillo. Y es que a veces se vive de las rentas y este es el perfecto ejemplo de ello. No es ya que no fuera la mejor —y ya no es solamente cosa mía, que era la peor valorada por la crítica americana—, sino que fácilmente era la menos buena de las nominadas, donde también encontramos a ‘¡Rompe Ralph!‘ (‘Wreck-It Ralph’, Rich Moore, 2012), ‘El alucinante mundo de Norman‘ (‘ParaNorman’, Chris Butler y Sam Fell, 2012), ‘¡Piratas!‘ (‘The Pirates! Band of Misfits’, Peter Lord y Jeff Newitt, 2012) y ‘Frankenweenie‘ (Tim Burton, 2012). Eso sí, parece que ya se le ha agotado el crédito, que este año la Academia ni tan siquiera ha nominado a la simpática ‘Monstruos University‘ (‘Monsters University’, Dan Scanlon, 2013) cuando lo merecía más que al menos una de las candidatas.
Mejor película para ‘Gigi’ (Vincente Minnelli, 1958)
Hubo una época en la que parecía que no podían pasar muchos años sin que un musical se llevase el premio gordo para casa, aunque ninguno lo mereció menos que ‘Gigi‘. Ojo, es una película con la que disfruté, sobre todo por la presencia de Maurice Chevalier, pero es que ese fue también el año de ‘Sed de mal‘ (‘Touch of Evil’, Orson Welles, 1958) —que no consiguió ni una triste nominación— o ‘Vértigo‘ (Alfred Hitchcock, 1958) —únicamente candidata en un par de categorías técnicas—. Y si preferís que me centre en las nominadas, ‘Gigi’ jamás debió batir a ‘La gata sobre el tejado de zinc‘ (‘Cat on a Hot Tin Roof’, Richard Brooks, 1958).
Los dos Oscars consecutivos para bandas sonoras de Gustavo Sanataolalla
Esta es la elección más personal y en la que difícilmente encontraréis mejores argumentos que el enorme rechazo que me provoca el trabajo del propio Santaolalla. Eso sí, me cuesta muchísimo más entender el premio por ‘Babel‘ (Alejandro González Iñárritu, 2006), mediocre cinta manipuladora hasta la médula y con una banda sonora poco inspirada que se limita a resaltar ese aspecto, que el de ‘Brokeback Mountain‘ (Ang Lee, 2005). Sólo concibo sus premios como una de esas modas pasajeras que hay a veces en los Oscar, pero es que normalmente se limitan a meras nominaciones para caer rápidamente en el olvido.
Mark Boal por el guión de ‘The Hurt Locker’ (Kathryn Bigelow, 2008)
Tengo que reconocer que no soy uno de los mayores defensores de ‘The Hurt Locker‘ y que el Oscar a mejor película no hubiese ido para ella si de mi dependiera. Sin embargo, no fue algo especialmente injusto, pero sí lo fue la estatuilla a mejor guión original que recogió Mark Boal por su trabajo en esta película de Kathryn Bigelow. El libreto era su eslabón más débil —el trabajo de dirección era lo que conseguía que no resultase algo molesto, pero la verdad sigue siendo esa— y sólo el voto en bloque a la película hace comprensible su reconocimiento. De hecho, no debería ni haber estado nominado.
Cuba Gooding Jr. mejor actor secundario por ‘Jerry Maguire’ (Cameron Crowe, 1996)
Una escena —¡Enséñame la pasta!—, por muy mítica que sea, no te hace merecedor de un Oscar, sobre todo si lo demás que haces en la película es limitarte a no estorbar demasiado. Tanto Edward Norton por ‘Las dos caras de la verdad’ (‘Primal Fear’, Gregory Hoblit, 1996) como William H. Macy por ‘Fargo’ (Joel Coen, 1996), Armin Mueller-Stahl por ‘Shine’ (Scott Hicks, 1996) o James Woods por ‘Fantasmas del pasado’ (‘Ghosts of Mississippi’, Rob Reiner, 1996) eran más merecedores de esa estatuilla.
Mejor película para ‘Gente corriente’ (‘Ordinary People’, Robert Redford, 1980)
Una película claramente superior a otros títulos que consiguieron llevarse para casa esa preciada estatuilla, pero eso no quita para que su victoria sea especialmente desconcertante. Creo que con decir que ‘Toro salvaje‘ (‘Raging Bull, Martin Scorsese, 1980) y ‘El hombre elefante‘ (‘The Elephant Man’, David Lynch, 1980) estaban entre sus rivales es más que suficiente para entender la inclusión de ‘Gente corriente‘ aquí. Además, tampoco hubiera pasado nada si la estatuilla a mejor director de Robert Redford —en el vídeo superior podéis ver su discurso de agradecimiento— hubiese acabado en las manos de Martin Scorsese o David Lynch, la verdad.
Luis Bacalov mejor banda sonora por ‘El cartero —y Pablo Neruda— (‘Il Postino’, Michael Radford, 1994)
Hasta el último momento tuve dudas sobre cuál iba a ser la última elegida para esta lista, por lo que pedí consejo a mis compañeros y Sergio dio totalmente en el clavo al recordarme la enorme injusticia que se cometió al premiar al bonito tema central que Luis Bacalov compuso para ‘El cartero (y Pablo Neruda)‘ por encima del monumental trabajo realizado por James Horner para ‘Braveheart‘ (Mel Gibson, 1995). Con todo, estaba claro que la cinta de Michael Radford iba a llevarse al menos una estatuilla y se ve que los votantes quisieron reconocer la trágica historia detrás de su creación —Massimo Troisi, su protagonista, aplazó una operación cardíaca para completar la película y murió al día siguiente de acabar el rodaje por culpa de un ataque al corazón— con el premio “menos importante” de los cinco a los que aspiraba.
Roberto Beningni mejor actor por ‘La vida es bella’ (‘La vita è bella’, Roberto Benigni, 1997)
Una de las mayores sorpresas que recuerdo desde que sigo los premios fue ver a Roberto Benigni hacer historia llevándose para casa el Oscar a mejor actor. Con el tiempo me quedó claro que fue básicamente por su gran forma de venderse en Hollywood, no dudando en conceder entrevistas en todas partes y en dejarse querer. Además, su interpretación no estaba nada mal, pero es que ese año había demasiado nivel en la categoría de mejor actor.
Soy consciente de que saber venderse es algo esencial en el caso de los Oscar, pero eso no quita el hecho de que cualquiera de sus cuatro competidores —Edward Norton por ‘American History X’ (Tony Kaye, 1998), Nick Nolte por ‘Aflicción’ (‘Affliction’, Paul Schrader, 1998), Tom Hanks por ‘Salvar al soldado Ryan’ (‘Saving Private Ryan’, Steven Spielberg, 1998) e Ian McKellen por ‘Dioses y monstruos’ (‘Gods and Monsters’, Bill Condon, 1998)— realizaba una interpretación mucho más merecedora de haber subido al escenario para dar las gracias hasta al primo de su vecino mientras la música de fondo le invita amablemente a marcharse.
Ron Howard mejor director por ‘Una mente maravillosa’ (‘A Beautiful Mind’, 2001)
La mayor decepción que tuve al enterarme de las nominaciones de este año fue el hecho de que ‘Rush‘ (Ron Howard, 2013) se fue de vacío. Nunca pensé que me fuera a pasar algo así con una película de Ron Howard, director que simplemente “robó” el Oscar que tiene en su casa por ‘Una mente maravillosa’ (‘A Beautiful Mind’, 2001).
La verdad es que tampoco estoy demasiado contento con el hecho de que consiguiera el premio gordo, pero es directamente insultante que Howard ganase teniendo en cuenta que entre sus rivales estaban Robert Altman por ‘Gosford Park’ (2001), Peter Jackson por ‘El señor de los anillos: La comunidad del anillo’ (‘The Lord of the Rings: The Fellowship of the Ring’, 2001), David Lynch por ‘Mulholland Drive’ (2001) y Ridley Scott por ‘Black Hawk derribado’ (‘Black Hawk Down’, 2001), por no mencionar la ausencia de Baz Luhrmann por ‘Moulin Rouge’ (2001). Es que ni nominación se merecía…
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