Más de la mitad de los intérpretes de nuestro país ingresan al mes menos del salario mínimo, según un estudio que publicó ayer la entidad de gestión. Por CINEMANÍA
Además de Martín y de la presidenta de AISGE, Pilar Bardem, el informe fue presentado por Abel Martín (director general de la entidad) y por el sociólogo Walter Actis, uno de sus autores. Todos los cuales salpicaron sus intervenciones con pullazos a los políticos del actual gobierno, el cual, en palabras de la actriz, "confunde por ignorancia o por mala fe la alfombra roja de los Goya con una situación de crisis generalizada". Referencias a Cristóbal Montoro y José Ignacio Wert aparte, las cifras cantan, y apuntan directamente a la industria audiovisual, dado que un 60,6% de los encuestados son intérpretes que alternan las tablas con los platós, mientras que el 29,6% de la muestra corresponde a actores de doblaje.
¿A qué cifras nos referimos? Pues, por ejemplo, a que el 72% de los miembros de su profesión se encuentran en paro o bajo subempleo, con sólo el 27% afirmando haber contado con ingresos "suficientes" derivados de su profesión a lo largo de los últimos 15 años. Es decir, que el mito del aspirante a actor (o del actor con cierta experiencia) que tira para adelante trabajando como camarero está lejos de pasar de moda. Máxime si tenemos en cuenta que el 28% de estos parados no percibe prestación, y el 15% carece de cualquier tipo de ingreso propio.
Quienes se consideran a sí mismos como actores, actrices o dobladores en activo tampoco están como para tirar cohetes: según el estudio publicado por AISGE, más de la mitad de los trabajadores del sector ganan menos del salario mínimo. En concreto, es un 55% de la muestra el que cobra menos de 645,30 €/mes, una suma (recordemos) que acaba de ser congelada tras haber crecido un 0,04% en el ejercicio de 2013. Este factor provoca, insiste la entidad, hechos como que el 21% de los encuestados ingresen menos de lo que gastan en sus viviendas, bien en concepto de alquiler, bien de hipoteca.
Por otra parte, al menos un 6% de esa población recibe sus ingresos 'en negro', y una elevada proporción de la misma (el 23%) admite que conseguir un alta en la Seguridad Social es un "problema habitual". Es más: un 15% de los actores de doblaje y de audiovisual desempeñan su trabajo como falsos autónomos, pagando ellos mismos sus cotizaciones. Las cuales corresponden en su mayoría, además, al régimen general, en lugar del régimen específico de artistas. Para colmo, se remachó, el 22% de los encuestados no sabían cuál es el salario fijado para un actor según el vigente convenio. El cual se estipula para un actor de reparto en 387 euros por sesión de cine, y 371 euros por sesión de rodaje en TV, según las vigentes tablas salariales. ¿Algo más? Pues sí: el sector de los actores de doblaje está ahora mismo sin convenio colectivo.
El estudio cita además otras circunstancias producto de la crisis, sobre todo en lo tocante a la TV. Como, por ejemplo, el hecho de que las jornadas de trabajo sea cada vez más largas o que se generalice la figura del "actor kleenex", un profesional joven y con poca experiencia al que las productoras consideran mercancía de usar y tirar. De hecho, en otro punto del informe se cita un hecho que da que pensar: cuanto más joven es un o una intérprete, más posibilidades tiene de que sus condiciones de trabajo sean precarias. A los veteranos que ya atisban el retiro les toca una suerte igual de nefasta: el importe medio de la pensión de un actor español es de 994 euros para los hombres y 778 para las mujeres. Lo cual supera por los pelos de la pensión media, que se cifró en 984 euros durante el pasado ejercicio. Pero, insistimos, se trata de un promedio: el 16% de los actores jubilados cobra menos de 400 euros/mes, al percibir una pensión no contributiva.
En total, apunta AISGE, la proporción de actores españoles cuyos ingresos están por encima del salario de convenio (con todo lo que ello implica en cuanto su calidad de vida, y lo que da a entender acerca de su caché) es un 2%. Lo cual cuadra muy bien con el estudio de 2012 que definía a España como el país con mayor desigualdad social de la Eurozona. En todo caso, y simpatías aparte, queda claro que los sinsabores de un intérprete de aquí son hermanos de los de cualquier currante, algo a lo que Abel Martín apuntó una vulnerabilidad añadida: "Esta profesión es muy vocacional, y eso lo aprovechan tanto el gobierno como quienes nos pagan".
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