viernes, 6 de diciembre de 2013

Nelson Mandela en el cine

El líder sudafricano, que ha fallecido a los 94 años, dejó una huella profunda en la historia del mundo, y también en la del cine. Por YAGO GARCÍA

nelson mandela en el cine
A lo largo de la historia, pocos hombres y mujeres han acumulado más méritos para ser leyendas en vida: Nelson Rolihlahla Mandela, el abogado y político sudafricano fallecido hoy a los 94 años, pasó de líder insurgente a preso político (durante dos décadas y media), y de ahí a convertirse en el primer presidente de su país elegido mediante sufragio universal. Ganador en 1993 del Premio Nobel de la Paz (ex aequo con su adversario político F. W. de Klerk), Mandela fue una de las pocas personas en ostentar a la vez la estadounidense Medalla Presidencial de la Libertad y la Orden de Lenin (la más alta condecoración de la Unión Soviética), todo ello por abanderar una causa con la que nadie podría negarse a simpatizar: la lucha contra el apartheid, el sistema de segregación racial mantenido por el gobierno de Sudáfrica hasta su liberación en 1990.
Dotado con un carisma innegable, Mandela continuó con su labor incluso después de retirarse oficialmente de la política. Y, como corresponde a un hombre de su talla, dicha actividad halló un eco en todas las artes, desde la música hasta el cine. De hecho, entre las películas que denunciaron al apartheid (títulos como Grita libertad, ¡Bopha! o Una árida estación blanca) encontramos algunas en las que figuró como personaje, y un caso en el cual accedió a ponerse frente a la cámara. Las recordamos a continuación.


Malcolm X (Spike Lee, 1992)


Dos años después de ser liberado, y dos antes de convertirse en presidente de Sudáfrica, Mandela apareció por primera y única vez en una película. Su aparición como maestro de escuela en Soweto (el gueto más conflictivo de Johanesburgo), recitando un discurso del líder afroamericano, es muy breve, pero queda como uno de los cameos más inesperados y emocionantes de la historia del cine.


Mandela and de Klerk (J. Sargent, 1997)


Las conversaciones entre Nelson Mandela y F. W. de Klerk (el último presidente de la era del apartheid) no sólo acabaron con la discriminación institucionalizada en Sudáfrica, sino que hicieron a sus protagonistas merecedores del Premio Nobel. Este telefilme sobre dichos encuentros sería interesante como documento, pero poco más, de no deberse a dos factores: Sidney Poitier, uno de los referentes de la lucha afroamericana en Hollywood, encarna a Mandela, mientras que el papel de de Klerk corresponde al mismísimo Michael Caine. ¿La segunda razón? Pues que Mandela and de Klerk supuso la reunión de Caine con Joseph Sargent, el cineasta que le dirigió en la muy infame Tiburón: La venganza.


Drum (Zola Maseko, 2004)


Virtualmente desconocida en Europa, esta película sudafricana cuenta la vida y los padecimientos de Henry Nxumalo (Taye Diggs), un periodista negro que denunció el apartheid y que, tras las inevitables estancias en la cárcel, fue asesinado en circunstancias misteriosas. Mandela aparece como un personaje secundario, encarnado por Lindane Nkosi.

Adiós Bafana (Bille August, 2007)


En xhosa, la lengua materna de Mandela, "bafana" significa "muchacho". De modo que "adiós, muchacho" fueron las palabras con las que el político (aquí, Dennis Haysbert) se despidió de James Gregory (Joseph Fiennes), uno de sus carceleros en la prisión de Pollsmoor. Según nos cuenta este filme, nominado al Oso de Oro en Berlín, Gregory sabía hablar xhosa, lo que le llevó a entablar amistad (o, al menos, una relación de respeto mútuo) con su cautivo. Ojo: la veracidad de las memorias de James Gregory, en las que se basa Adiós Bafana, ha sido puesta muy en entredicho.

Superhero Movie (Craig Mazin, 2008)

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Es lo que tiene ser un icono internacional: uno se ve como protagonista de biopics muy halagadores, pero también corre el riesgo de aparecer en un spoof de esos que surgieron como setas a la sombra de Scary Movie. En esta película, producida por el trío Zucker, Abrahams & Zucker (Aterriza como puedas) y en la que aparece Leslie Nielsen (¡faltaría más!), Mandela es uno de los personajes que sufren las tropelías de unos X-Men con muy poca gracia.


Invictus (Clint Eastwood, 2009)


Con permiso de Malcolm X, por razones obvias, esta película del gran Clint ha quedado como el filme por excelencia sobre Nelson Mandela. Para empezar, porque nos cuesta imaginarnos a un actor más adecuado para darle vida que Morgan Freeman. Y, para seguir, porque prescinde de darnos la lata con hechos ya sabidos para ilustrarnos sobre una anécdota fascinante: cómo Mandela persuadió a François Pienaar (Matt Damon), capitán de la selección sudafricana de rugby, para que su equipo se convirtiera en un símbolo de esperanza y unidad nacional tras la abolición del apartheid. Eastwood ha firmado películas mejores que esta, pero ninguna otra que nos de tan buen rollo.

Endgame (Pete Travis, 2009)


Estrenada en el mismo año que Invictus, y comprensiblemente eclipsada por ella, esta cinta del director de Omagh y Dredd se centra en las mismas conversaciones de paz que dieron argumento a Mandela and de Klerk, sólo que obviando los puntos de vista personales y favoreciendo un enfoque de falso documental. Clarke Peters (The Wire) interpreta a nuestro hombre, pero es Chiwetel Ejiofor quien se lleva la parte del león encarnando a Thabo Mbeki, líder del movimiento zulú Inkhata.


Winnie (Darrell Roodt, 2011)


Tan alabada en su momento como execrada después, la ex mujer de Nelson Mandela es una figura polémica donde las haya. ¿Se merecía pasar a un segundo plano después de la liberación de su marido? ¿Provocó disturbios en Sudáfrica con su incendiaria retórica? ¿A qué obedecieron realmente sus juicios por corrupción y fraude? Jennifer Hudson (Dreamgirls) se llevó críticas de todo tipo (la mayoría negativas) por encarnar a la joven Winnie Mandela.

Mandela: The Long Walk to Freedom (Justin Chadwick, 2013)

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Todavía pendiente de estreno en España, este biopic de producción británica tiene el ambicioso objetivo de contarnos la carrera política de Mandela (Idris Elba) desde sus comienzos como activista clandestino hasta su aclamación como presidente, pasando por sus años en prisión. Está por verse si el director de Las hermanas Bolena reune el talento necesario para una empresa tan monumental.

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