[SÓLO PARA ADULTOS] Contra los rigores del invierno, qué mejor que una excursión muy calentita a las actrices que más y mejor se nos han mostrado este año. Por CINEMANÍA
Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulos en La vida de Adèle
Ellas no guardan un recuerdo precisamente grato de la experiencia, la autora del cómic original echa pestes del filme y entre las lesbianas cinéfilas se registra una severa división de opiniones. Pero para qué nos vamos a engañar: los doce minutos largos de alto voltaje que protagonizan las dos actrices son un mito del cine desde ya. Cual un Apocalypse Now que cambiara el napalm por los roces carnales, este infierno sí mereció la pena.
Adriana Ugarte en Combustión
Adriana Ugarte - Combustion por papuraverde
Tal vez el filme motero de Daniel Calparsoro no haya resultado el megahit que algunos esperaban. Pero en su metraje hallamos esta escena, la cual deja clarito que al cuerpo (o cuerpazo) de Adriana Ugarte no se le ven las costuras. Nosotros nos quedaríamos mirándolo durante todo el tiempo del mundo.
Rosario Dawson en Trance
Rosario Dawson Nude - starsandco.fr por kreelin
Danny Boyle, avispado como siempre, lo tiene muy claro: si su thriller de este año apuesta por la frialdad meticulosa de un buen relato de intriga, qué mejor que las curvas color miel de Dawson (latina, neoyorquina y ladina) para aportar el necesario contraste de calidez. ¿No querías hipnosis? Pues aquí la tienes, en todo su esplendor.
Ayse Tezel y Anna Hutchison en Spartacus: La guerra de los condenados
Cuando la modernidad cansa y el presente aburre, nada mejor que volver a los clásicos grecolatinos. Sin ir más lejos, la esclava Tezel y la patricia Hutchison prueban aquí su intenso conocimiento de la vida y obra de Safo de Lesbos. Su clase práctica de poesía (en movimiento) ha conquistado nuestra lista derecho propio.
Amanda Seyfried en Lovelace
Venga, cinemaníacos, que nadie se haga el ofendido ni el despistado: tratándose del biopic (trágico, eso sí) de una de las primeras estrellas del cine X, ¿a alguien le extraña que la dulce Seyfried nos entregue una panorámica de su cuerpazo al estilo seventies? Nos encantaría conocer la opinión de Meryl Streep (la Mamma Mia! de la interfecta) sobre estas contundentes imágenes.
Ingrid Rubio en La estrella
Así da gusto empezar la mañana, ¿verdad, Marc Clotet? Como si no bastara con encontrarte a un pibón como Ingrid compartiendo colchón a tu vera, las luces del alba se alegran con las risas, los jadeos y las efusiones de eso que comunmente se conoce como "uno bien echado". Y, para postre, la Rubio se marca un paseo en topless que sabe a zumo de naranja recién exprimido.
Meghan Falcone en Californication
Meghan Falcon topless por seriesaldesnudo
Para qué nos vamos a engañar: sin Hank Moody (David Duchovny) y sus chicas, estas listas anuales no serían lo mismo. En honor a la verdad, la elegante impavidez con la que el escritor sexoadicto y televisivo se enfrenta al estatuario topless de la Falcone nos resulta de lo más envidiable.
Scarlett Johansson en Don Jon
Aquí hemos hecho un poco de trampa, porque como prueba la imagen (vía Mr. Skin) la pelirroja más adorada de Hollywood sigue poniendo su límite en los pezones. Aun así, la contundencia de esas curvas, el descaro de su mirar y el asomo de ese pompis que tanto nos hizo soñar en Lost in Translation nos persuade, no sólo de que merece aparecer aquí, sino también de que el personaje de Joseph Gordon-Levitt peca gravemente al no elegir las tres dimensiones.
January Jones en Sweetwater
Todavía inédito en España, este western (que se estrenó en EE UU a mediados de octubre) ya nos tiene sobre ascuas. ¿La razón? Pues la escena que puedes ver en el clip, donde se confirma aquella bonita frase de Godard: para hacer una película sólo es necesaria una chica y una pistola. Y si la chica empuña el arma en traje de Eva a fin de ejecutar forajidos mirones, pues qué más quieres...
Laura Prepon y Taylor Schilling en Orange is the New Black
La influyente revista gay The Advocate califica a este drama carcelario del creador de Weeds como "la mejor serie de lesbianas de la historia". Y, como a nosotros nos encanta la simetría, concluimos este repaso como lo empezamos: con una escena de amor entre chicas (desnudas). En este caso, las reclusas Prepon y Schilling se humedecen entre las humedades de las duchas del talego –aunque la imagen sea un flash-back de su vida fuera de la cárcel–. Desde luego, aquí no hace falta que a nadie se le caiga el jabón.
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