Con más de 4,5 millones de euros recaudados, la película de James Wan se ha convertido en un lucrativo 'sleeper' también en nuestro país. ¿Cúales han sido sus principales armas para conquistar al público? Por DANIEL DE PARTEARROYO
Dejando que las majors saquen sus propias conclusiones sobre el éxito de la animación en España (algo que ya tratamos al analizar Los Croods, todavía la película más taquillera del año... si Gru 2, mi villano favorito no termina por adelantarla), esta semana queremos fijarnos en otro título que ha dado muy buenos réditos a su distribuidora durante el verano: Expediente Warren: The Conjuring. El quinto largometraje de James Wan ronda los 5 millones de euros tras cuatro semanas con un mantenimiento excelente y pocas pérdidas, lo que casi podría suponer recuperar un tercio de su humilde presupuesto tan sólo en nuestro páis; en EE UU, donde todavía no ha abandonado el Top 10 de taquilla, ya lleva 128 millones de dólares acumulados. Veamos cuáles han podido ser los principales factores para este nuevo éxito que sumar a la carrera de Wan, quien este año todavía volverá a asustarnos con Insidious: Capítulo 2 y ya prepara su incursión en la saga Fast & Furious para el verano que viene.
Terror estival
Últimamente el cine de terror ha localizado sus fechas de estreno en primavera o, sobre todo, otoño (el tirón de Halloween, ya se sabe), pero conviene recordar que en verano, con la cartelera saturada de blockbusters aparatosos con campañas de promoción asfixiantes y películas de animación por ordenador con salas llenas de renacuajos, la apuesta por una película de género puro y duro es una opción que muchos espectadores agradecerán. Hace dos años, Insidious ya vivió su propia experiencia sleeper aterrorizando durante todo el verano y, aunque la temporada pasada sólo Red State se animó a seguir la estela (con decepcionantes resultados, pero ahora hablaremos sobre eso), este año hemos tenido otros intentos como The Purge. La noche de las bestias y Exorcismo en Georgia para compensar la balanza. Sin embargo, la calidad de Expediente Warren: The Conjuring se ha impuesto sobre ambas.
Miedo en familia
Una cosa que les gusta mucho a los analistas financieros de Hollywood es dividir a la audiencia por cuadrantes (hombres, mujeres, menores de 25 años, mayores de 25 años). Ése es el motivo por el que las películas, cuanto más caras, a más cuadrantes intentan aglutinar. Aunque la teoría y la experiencia inmediata nos dicen que dicha dispersión en la apelación al público sólo tiende a homogeneizar el tono y elementos de las historias, anulando rasgos propios de un género para hacerlo más digerible (ejemplo reciente: el éxito de Guerra Mundial Z, la película con más zombies y menos sangre por metro cuadrado), cierta vertiente del terror parece estar experimentando el camino contrario: atraer a los cuadrantes hacia su discurso. ¿Cómo? Volviendo a las bases del protagonismo familiar, que tan bien funcionaron durante los años 70. Insidious y Expediente Warren: The Conjuring son muy fuertes en este aspecto sin dejar de ser medularmente terroríficas, pero hace unos meses también tuvimos otro éxito con la misma estrategia: Mamá, de Andrés Muschietti, que de momento es la octava película más vista del año en nuestro país.
Un estreno a tiempo
Llegamos a un punto, a nuestro juicio, muy importante. Junto a todos los ángulos de la campaña de publicidad de Warner Bros. y el efecto del 'boca oreja' entre los espectadores satisfechos, Expediente Warren: The Conjuring también se benefició de un aspecto fundamental: su estreno en España coincidió con el de EE UU. No iba a ser así, pero, pocas semanas antes de la fecha, la filial de la distribuidora española decidió adelantar un mes el estreno en nuestro país para que coincidiera con el estadounidense. Frente a casos como el de Red State (un año de retraso), The Purge. La noche de las bestias (un mes) o Exorcismo en Georgia (cuatro meses después de la salida del dvd y Blu-ray), el público hypeado o interesado per se en la película de James Wan, espoleado o no por el furor que estaba levantando por internet, sólo podía acudir al cine más próximo si quería disfrutarla en condiciones. Un factor que no debería pasarle por alto a nadie.
El sello Wan
Entremos en harina porque, aparte de fechas de estreno, adecuación de géneros, escasa competencia y demás zarandajas, hay una dimensión artística que prevalece. Y es que Expediente Warren: The Conjuring es una muy buena película de terror. Incluso excelente, para algunos. En la crítica de nuestra revista se llevó nada menos que cuatro estrellas y en el agregador de críticas Rotten Tomatoes tiene una valoración fresca del 86%. La mejor valorada de toda la obra de James Wan. Aunque personalmente prefiera los jugueteos sádicos y metalingüísticos de Silencio desde el mal o Insidious, es fácil entender el romance entre la crítica, el público y el filme: no sólo da lo que ofrece con generosidad (terror old school muy bien cocinado, con más tensión asfixiante que sustos respingones, que también los hay, y una construcción cercana de los personajes), sino que lo hace con la elegancia detrás de la cámara propia del cineasta de origen malasio. Por méritos propios, uno de los principales nombres del terror contemporáneo.
Reparto sólido
Por último, también merecen ser destacadas las interpretaciones naturalistas del reparto al completo del filme. Los departamentos de cásting y diseño de vestuario se esforzaron por recrear lo máximo posible a los Perron y los Warren reales, de lo que las fotos de los créditos finales dan buen testimonio, pero es gracias a las actuaciones de todos los intérpretes, desde la recuperada Lili Taylor hasta la jovencísima Mackenzie Foy, que llegamos a preocuparnos por su integridad en la lucha contra las fuerzas siniestras que se mueven por su casa. Recuerda lo bien que funciona la química de colegueo entre Patrick Wilson y Ron Livingston, o lo bien que agarra el papel la siempre eficiente Vera Farmiga. La mayoría de las veces no hacen falta grandes estrellas para atrapar al espectador, sino buenos actores con los que sea fácil identificarse.
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