La receta seguida por todas las producciones que, como 'Cazadores de sombras: Ciudad de Hueso', aspiran a conquistar al público joven con una nueva franquicia. Por DANIEL DE PARTEARROYO
No es que Hollywood no intentara buscar otras alternativas, pero después de que la vía de fantasía aventurera preadolescente a lo Harry Potter hiciese aguas por distintos frentes (un recuerdo para caídos en combate como Las crónicas de Narnia, La brújula dorada o Percy Jackson), los esfuerzos han basculado hacia un terreno más afín al romance paranormal a lo Crepúsculo, como demuestran los estrenos de este año dirigidos a dicho público y los que todavía quedan por venir. Veamos cómo desde la actual Cazadores de sombras: Ciudad de Hueso hasta la futura Divergente, de la que esta semana vimos el primer tráiler, todas estas películas parecen cortadas por el mismo patrón. La receta para iniciar una saga juvenil de éxito que tantos se han empeñado en aplicar:
Básate en una saga literaria ya existente
Y, a poder ser, de éxito en el mercado editorial. No tiene por qué estar terminada todavía (The Host (La huésped) iba para trilogía pero Stephenie Meyer sólo había escrito el primer libro, Cassandra Clare todavía tiene pendiente la publicación del sexto y último volumen de Cazadores de sombras). Las librerías llevan más tiempo nutriéndose de este tipo de historias juveniles de amor sobrenatural y, contra lo que tus prejuicios puedan pensar, a los chavales les encanta leer, por lo que hay una gran cantidad de títulos entre los que elegir. De ahí va a salir el fandom que promocionará viralmente tu adaptación. Elige bien y actúa con previsión; por ejemplo, compra los derechos de la trilogía Firelight. Alma de fuego, de Sophie Jordan, y espera a que el mercado madure como para recibir una película con chicas descendientes de dragones. Es lo que ha hecho Mandalay Pictures, a la espera de ver cómo funciona el año que viene Daniel Radcliffe con cuernos en Horns.
Dos cucharadas de romance por una de fantasía
La directriz es sencilla: tu historia puede tener todos los elementos fantásticos o de futuro distópico de ciencia-ficción que quieras, mientras el núcleo del conflicto no se aparte de las complejidades sentimentales de un curso escolar. El triángulo amoroso humana-vampiro-licántropo de Crepúsculo parece haber esculpido esta característica en piedra. No es sólo que Katniss tenga que preocuparse de hacia dónde se inclinan sus sentimientos mientras intenta sobrevivir en Los juegos del hambre, sino que ya es fácil perder la cuenta de cuántas combinaciones de amores sobrenaturales hemos visto en los últimos meses: aliens (The Host (La huésped)), brujas (Hermosas criaturas), muertos vivientes (Memorias de un zombie adolescente), ángeles, demonios y vampiros (Cazadores de sombras: Ciudad de Hueso)... ¿quién da más?
Elige una joven promesa como protagonista
Salvo por casos como Memorias de un zombie adolescente y la próxima El séptimo hijo, que veremos el año que viene como adaptación de Las crónicas de Wardstone, de Joseph Delaney, en este terreno el protagonismo femenino resulta casi obligatorio. Otro día podemos hablar de por qué Hollywood parece restringir los papeles protagonistas para chicas a estos relatos de iniciación hormonal, pero lo que está claro es la importancia que han tenido para lanzar al estrellato masivo a actrices como Kristen Stewart o Jennifer Lawrence y al menos intentarlo con Alice Englert, Saoirse Ronan, Teresa Palmer o Lily Collins. El año que viene le tocará el turno a Shailene Woodley con Divergente y a Zoey Deutch y Lucy Fry con Vampire Academy: Blood Sisters.
Da sabor con secundarios de prestigio
Este truco viene directamente del profesorado de Hogwarts. Si la plana mayor del cine británico hacía caja con pocos minutos en pantalla a cambio de dar un incalculable relumbrón a los repartos púberes, ¿por qué no repetir la estrategia? Jeremy Irons y Emma Thompson despiporrados en Hermosas criaturas (a Viola Davis quizás no le avisaron a tiempo del pastel), Diane Kruger en The Host (La huésped), John Malkovich en Memorias de un zombie adolescente, Julianne Moore y Jeff Bridges en El séptimo hijo y Donald Sutherland o Philip Seymour Hoffman como sólo un par de ejemplos dentro de la saga Los juegos del hambre dan buena cuenta de la tendencia. Pero de momento es Divergente quien ha dado la campanada final fichando a Kate Winslet.
Deja con ganas de más
Toda apuesta tiene sus riesgos, y aquí el objetivo que se marcan las productoras es bien claro: no se busca conseguir un producto de éxito, que ya tiene su dificultad, sino servir de inicio a una franquicia de muchísimo éxito. Por eso, el final abierto es obligatorio; recuerda que tenemos muchos más libros para adaptar y, si te parecen pocos, el último siempre puede dividirse en dos largometrajes, como han hecho Harry Potter, Crepúsculo y Los juegos del hambre. Afortunadamente, los escritores parecen haberse aplicado y ahora las sagas se planifican por medias docenas, como Cazadores de sombras o Vampire Academy, que también cuenta con otra trilogía como spin-off. ¿Cuál es el mayor inconveniente de esta forma de actuar? Que si la primera película es un fracaso dejarás tirados a los fans (¿alguien se acuerda de Soy el número cuatro?) y a toda esa gente que se molestó en entrar en la mitología de tu película sin obtener una satisfacción completa al final. Y es que, después de sus decepcionantes resultados en EE UU, ¿crees que veremos alguna entrega más de Hermosas criaturas o... Cazadores de sombras?
Via:Cinemania
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