IndieWire se ha convertido en una de las revistas y webs más influyentes en el emergente mercado independiente norteamericano, y en estos pasados dos años – con la incursión de la ex-Variety Dana Harris – el magazine ha empezado a generar agenda en la industria. Este año ha decido que dentro del LAFF presentará de forma anual el “IndieWire Influencers”, una selección de los nombres y empresas más relevantes en el mundo del audiovisual.
Para esta presentación, el panel del LAFF incluía Emily Best, fundadora y CEO de Seed&Spark, Nicolas Gonda, co-fundador y creador de la plataforma TUGG, Chris Horton, director asociado en el Sundance Institute, Stephan Paternot, co-fundador de SLATED, y el artista Lance Weiler.
En la explicación de esta implosión/explosión rápidamente se entró en como la industria ha cambiado en favor del cine independiente – en su enorme variedad de títulos – en contra de un sistema de Estudios que pese a su enorme visibilidad va a la decadencia constante. Desde hace cerca de 5-6 años, los Estudios han reducido su participación y financiación directa de proyectos, para pasar a actuar más como una distribuidora. En la mayoría de casos son empresas financiadoras las que cierran acuerdos con los Estudios, pero cada vez es más habitual la adquisición y los negocios triangulares entre varias empresas, que el total control del Estudio. A partir de aquí aparece un enorme océano de productos con gran variedad de presupuestos y que con normas y especificaciones varias componen el cine independiente.
Esto hacia referencia a las afirmaciones de Spielberg a las que el creador de TUGG le añadió que todo esta situación “mainstream” contrasta con el cambio que ha vivido el cine independiente capaz de generar producto masivo y mayoritario a producto alternativo. En este aspecto el aumento de las ventanas y las fórmulas de explotación ha fomentado esta parte de la industria.
La contra de esta explosión es que ha creado una situación de colapso en el que la basta producción se expone en una también enorme variedad de fuentes de contenido. Aquí el responsable de TUGG tenía una afirmación importante: una recomendación vale por 200 impactos televisivos, pero el film necesita ser conocido y reconocido. El nuevo problema – prolongable a medio mundo – ya no es el acceso a la distribución sino en atraer las miradas y rentabilizar inversiones que en muchos casos están ligadas a fondos privados y terceros.
Emily Best en este aspecto indicaba lo importante que se ha convertido en toda esta comunidad en generar un fanbase, en copiar el gran fuerte que siempre ha tenido el mundo de la música, y que en el cine solamente se lograba en los actores. Ahora los autores requieren y necesitan crear fanbase de muchas maneras, construir una audiencia y ligar en eso la inversión y el potencial de la película. Ahí la aparición de KickStarter y otras plataformas ha sido clave.
El universo del cine ahora se ha abierto a una gran variedad de talento y producto, con una importante cantidad de vías de acceso y de salida, estrategias, escenarios y visibilidad. Los conferenciantes afirmaban en la creación o aparición de un tipo de productor más relacionado en el concepto mercado y acceso a audiencias, un personaje tan relevante como aquel que tiene acceso a los fondos de financiación. El cine independiente, en especial aquel que está por debajo de los 5 millones de $, tiene que moverse como una serpiente en la industria, equilibrar normas de un lado al otro y aprovechar el acceso cada vez menos vallado por el dinero que suponen una serie de actores de peso.
El cine independiente – y eso es una realidad que toca de cerca a los que lo trabajan – tiene que equilibrarse entre las normas de la “vieja guardia” y las de la “nueva” y no todo sirve para una y para la otra. No es un cambio total o una traducción, sino una adaptación y modificación del modelo, pero que en muchos casos tienen que convivir en el mismo espacio y tiempo.
Como nota a esta realidad y como ilustración de su creciente impacto de este cine, en 2012 86 películas en Estados Unidos recaudaron entre 2 y 20 millones de $, siendo en su gran mayoría productos de costes menores a 5-6 millones de $, producciones con fuerte financiación por ventas internacionales y distribuidas con el formato platform release – empezando en pocas salas para ir creciendo en función del efecto recomendación. En este 2013 la visibilidad de éxitos recientes como A Place Beyond the Pines, Mud, Frances Ha, Much Ado About Nothing, The Blind Ring o Spring Breakers han evidenciado aún más el potencial impacto de producto indie con capacidad de generar interés masivo.
La gran conclusión es que el Hollywood presente y la industria en general está cambiando a marchas forzadas, empezando a tocar extremos. Spielberg tiene gran parte de la razón en afirmar el sinsentido de un sistema basado en macro proyectos de más de 200 millones de $ que en la mitad de los casos no genera beneficios. Es un sistema corporativo, basado en elementos externos al mismo cine y que terminará por irse de la gran masa de la industria, incluso del lado de los nombres clave. Su existencia o finalidad la determinarán los Estudios. Pero sin duda lo que está pasando más allá este punta del iceberg quedó esbozado en la conferencia, y merecerá la pena ir desgranando este cajón desastre llamado cine independiente en el que como bien afirmaba uno de los presentes: es un mundo en el que el “big data” (la información de consumo) y la creatividad tienen que ir de la mano. El primero le permitirá acceder a según qué sitios, pero el segundo es el que le permitirá sobrevivir.
Via:box office
Texto:Pau Brunet
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