lunes, 18 de marzo de 2013

Este papel te lo vas a currar


Actores que tuvieron que sudar tinta para preparar algunos de sus papeles más memorables. Por JAVIER SÁNCHEZ NAGORE

este papel te lo vas a currar

Unas veces los actores hacen un puñado de películas de poca monta al año, para pagar sus crecientes facturas, por entretenimiento, o vete a saber, por devolver un favor. En otras ocasiones, sin embargo, cuando hay un proyecto motivador en ciernes, las estrellas se arman de coraje para interpretar el papel de sus vidas. Es entonces cuando no valen medias tintas y hay que meterse de lleno en un papel de esos que ganan premios, que revientan taquillas, que motivan, o que simplemente dejan una muy buena paga. Hoy repasamos algunos casos de preparación extrema.


Ya sé Kung-fu



Keanu Reeves, Laurence Fishburne, Carrie-Anne Moss y Hugo Weaving tuvieron que sudar la camiseta para hacer creíbles sus papeles en Matrix. Los hermanos Wachowski tenían claro que en su película de referencia no querían las clásicas escenas de lucha violenta, sino algo diferente, algo que no se hubiera hecho antes. Para conseguirlo, además de un despliegue creativo y técnico de efectos especiales sin precedentes, requerían de un elenco de actores capaces de pasar por expertos en artes marciales.

Dado que no les podían introducir un programa de artes marciales por un pincho en la nuca, los productores se pusieron en contacto con Woo Ping, maestro chino de artes marciales con larga experiencia en el género (había trabajado con Jackie Chan y Jet Lee entre otros) para que entrenara al reparto de Matrix cuanto hiciera falta hasta que las escenas de lucha resultaran creíbles. Los cuatro actores pasaron otros tantos meses trabajando con el maestro ocho horas al día. Woo Ping les llevó hasta el límite de su aguante físico, llegando incluso a mandar a dos de ellos (Weaving y Reeves) al hospital para sendas intervenciones por lesiones de cadera y cuello, respectivamente.

Aún así, el elenco pareció disfrutar con el entrenamiento del maestro, como confesó Laurence Fishburne: Fue realmente intenso, pero muy divertido. Creo que fuimos los primeros actores occidentales entrenados en este estilo en particular y me siento profundamente agradecido de haber tenido esa oportunidad. Además, me puso más en forma de lo que nunca he estado ¡y eso es una gran sensación!


Un cisne negro, y muy delgado



Natalie Portman y Mila Kunis también pasaron las de Caín para encajar en sus respectivos papeles de bailarinas para Cisne negro. Teniendo en cuenta que a ninguna de las dos les sobra un solo gramo, resulta impactante saber que llegaron a bajar casi diez kilos después de un entrenamiento exhaustivo que comenzó un año antes de la película.

La protagonista de V de Vendetta comenzó a tomar clases de ballet mucho antes del arranque del entrenamiento oficial, pero cuando sólo quedaban seis meses para el inicio del rodaje, Aronofsky se puso serio con las dos y las mandó a trabajar de seis a ocho horas diarias, seis días a la semana, en sesiones de natación, musculación, cardio, pilates y ballet. Al menos Portman, que tuvo que estar medicada para soportar el dolor en la última fase del entrenamiento, vio recompensado su esfuerzo con un Globo de Oro y la nominación para el Oscar.


La chica del millón de dólares



Si Natalie Portman y Mila Kunis tuvieron que dejarse hasta el último aliento en reducir su peso para resultar creíbles como bailarinas, el camino que tuvo que recorrer Hilary Swank para convertirse en la boxeadora Maggie Fitzgerald (Million dollar baby) fue el inverso. La actriz, muy intensa en la preparación de sus papeles, no solo tuvo que aprender la técnica básica del boxeo, sino que además tuvo que convertir su cuerpo en puro músculo con un entrenamiento de lo más salvaje, digno del mismísimo Rocky Balboa.

Swank estuvo soltando puñetazos y levantando pesas durante tres meses como dedicación exclusiva, hasta ganar cerca de diez kilos sólo en masa muscular. Al igual que el Potro italiano, la actriz ingería hasta 60 claras de huevo diarias y aceite de linaza para desarrollar las cachas propias de una boxeadora. Necesitaba dormir mucho todas las noches porque mi cuerpo estaba experimentando cambios, pero no podía hacerlo sin levantarme a comer, así que me levantaba y tomaba batidos de proteínas, reconoció Hilary Swank después de haber ganado el Oscar.


¿El verdadero motivo de Demi Moore?



Terminamos esta antología del sufrimiento con el trabajo de Demi Moore para La teniente O’Neil, un trabajo testosterónico que requirió de la participación de los SEALS, ya fuera para darle más realismo a una película rebosante de marines, o bien para aparecer en los papeles con más visos de seriedad.

El consejero técnico-militar de la película, en un tono muy SEAL, reveló que había preparado para Demi Moore y sus compañeros de reparto un entrenamiento de 17 semanas encapsulado en tan solo dos para que vivieran un infierno. La idea, suponemos que además de generar mala uva en el personal, era la de conseguir que los actores pudieran correr y nadar largas distancias y hacer cientos de flexiones, abdominales y sentadillas. Algunos de los involucrados, dejaron este trabajo a sus dobles, pero la ex mujer de Bruce Willis se vio motivada por el reto, al igual que su personaje, y completó el entrenamiento, así como las escenas más duras. Sentí que si no lo hubiera hecho habría perdido una oportunidad de experimentar de primera mano lo que esta gente realmente tiene que sufrir en su entrenamiento, reconoció Moore, que antepuso esta experiencia a cualquier otro motivo para protagonizar la película. Suponemos que los 11 millones de dólares que se embolsó por el papel jugarían un papel muy secundario en su decisión.

Via:Cinemania

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