Hace menos de 24 horas ha sido confirmada una noticia que casi todos
ya dábamos por cierta —como dice mi compañero Caviaro, ahora sabemos al
100% lo que artes sabíamos al 99%—: Carrie Fisher regresa a la saga de Star Wars con su personaje de Princesa Leia. El séptimo episodio de la serie, en el que también participará Harrison Ford en el rol de Han Solo, of course, estará dirigido por J.J. Abrams,
a juicio de quien esto firma, el director adecuado, al menos para que
las expectativas no estén por los suelos. Por supuesto, que la
responsabilidad de Abrams es enorme, tiene en sus manos los sueños y
fantasías de medio planeta. Todos quisimos ser Jedis alguna vez, todos
quisimos empuñar un sable láser y viajar por una galaxia muy, muy
lejana. Y cada carnaval que pasa, compruebo satisfactoriamente que
dichos sueños, por mucho que echemos pestes de la segunda trilogía —no
es mi caso— no morirán nunca.
Porque en 1977 George Lucas hizo lo impensable. Además de revolucionar por completo la forma de hacer cine siguiendo la estela que su amigo Spielberg había implantado con ‘Tiburón’ (‘Jaws’) dos años antes, Lucas logró inundar de fantasía las plateas de todo el mundo, creando un mundo nuevo a partir de su amor por el cine, aquel que de pequeño le hizo soñar a él. Pocos realizadores han sido capaces de materializar dichos sueños, nacidos de sus experiencias dentro de una sala, y aunque el listón es demasiado alto —la trilogía original gana a cada nuevo visionado—, este retorno a algo que muchos dicen no es necesario, también se ha vuelto inevitable. En Disney no son tontos, y saben perfectamente que tienen entre sus manos el film más taquillero del 2015. Cualquier otro estreno durante ese año no supone un rival. Pero los que una vez nos enamoramos de la Princesa Leia no buscamos sólo el éxito.
Ayúdanos, J.J. Abrams, eres nuestra única esperanza.
Vía | The Verge
Porque en 1977 George Lucas hizo lo impensable. Además de revolucionar por completo la forma de hacer cine siguiendo la estela que su amigo Spielberg había implantado con ‘Tiburón’ (‘Jaws’) dos años antes, Lucas logró inundar de fantasía las plateas de todo el mundo, creando un mundo nuevo a partir de su amor por el cine, aquel que de pequeño le hizo soñar a él. Pocos realizadores han sido capaces de materializar dichos sueños, nacidos de sus experiencias dentro de una sala, y aunque el listón es demasiado alto —la trilogía original gana a cada nuevo visionado—, este retorno a algo que muchos dicen no es necesario, también se ha vuelto inevitable. En Disney no son tontos, y saben perfectamente que tienen entre sus manos el film más taquillero del 2015. Cualquier otro estreno durante ese año no supone un rival. Pero los que una vez nos enamoramos de la Princesa Leia no buscamos sólo el éxito.
Ayúdanos, J.J. Abrams, eres nuestra única esperanza.
Vía | The Verge
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