viernes, 29 de marzo de 2013

Apocalipsis 'made in Spain': Películas españolas sobre el fin del mundo


Ahora que 'Los últimos días' llega dispuesta a acabar con la humanidad, recordamos filmes en los que la extinción de nuestra especie sabe a tortilla de patatas. Por YAGO GARCÍA

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Hoy sería un día cualquiera en Barcelona, salvo por un pequeño detalle: la gente prefiere morir a salir de sus casas. No, no estamos hablando de la fecha de un Barça-Espanyol, sino del argumento de Los últimos días, la nueva película de los Hermanos Pastor protagonizada por Quim Gutiérrez, Leticia Dolera (sin traje de novia ni motosierra), Marta Etura y ese José Coronado goyizado y sobrado de rocanrol. Una película que, además de prometer mucho, añade un nuevo capítulo a un género más abundante de lo que se cree: el cine apocalíptico español. Como en CINEMANÍA nos encantan las películas sobre el fin del mundo, te ofrecemos este informe en el cual la extinción de la humanidad tiene regusto a tortilla de patatas.

Infectados (Hermanos Pastor, 2009)


El Apocalipsis: Viral y paranoico. Dado que este informe nos lo ha inspirado el nuevo filme de David y Àlex Pastor, justo es que comencemos con el debut de la fraternal pareja... A la cual, por lo que se ve, le pone lo suyo eso de llevar a la humanidad al borde de la extinción. Rodada en inglés y con todo un Chris Pine (Star Trek) como protagonista masculino, Infectados nos ponía en la socorrida situación de una epidemia incurable que deja a nuestra especie con lo puesto, demográficamente hablando. Pero no te confundas, porque aquí lo más peligroso no son los microorganismos: son las personas.

La hora incógnita (Mariano Ozores, 1963)


El Apocalipsis: Atómico y cañí. No, nuestro epígrafe no es una alucinación. Investigando sobre los fines del mundo con sello ibérico, hemos descubierto que el autor de Los bingueros y El liguero mágico firmó también la primera película apocalíptica del cine español. ¿Sorprendido? Pues espérate a saber que en La hora incógnita aparecen los hermanos del director, José Luis Ozores y Mariano Ozores, acompañando a Fernando Rey y Emma Penella. ¿Que de qué va? Pues de una catástrofe atómica en una ciudad de provincias. ¿Merece la pena verla? Pues no demasiado, porque descartado el factor sorpresa se impone un tonillo de predicación religiosa bastante amodorrante. A nosotros, el comienzo de Los energéticos nos impacta bastante más.

La hora fría (Elio Quiroga, 2006)


El Apocalipsis: Mutante y 'de autor'. Siempre arriesgado y siempre incomprendido, el autor de Fotos volvió a jugarse el todo por el todo en esta revisión particular del género postapocalíptico. La hora fría nos cuenta las aventuras de un grupo de supervivientes encerrados en un refugio subterráneo, sitiados por unos enigmáticos seres ('Los Extraños') cuya presencia es anunciada por el relente que da título al filme. Totalmente ignorada en el año de su estreno, las críticas de sus fans en internet la comparan con las mejores películas de George A. Romero e incluso con Aliens: El regreso. ¿A que dan ganas de revisarla?

Tres días (Francisco Javier Gutiérrez, 2008)


El Apocalipsis: Meteórico y familiar. El único largometraje hasta la fecha del cordobés Gutiérrez causó sensación... En el extranjero: su título apareció en listas de las mejores películas fantásticas de 2008, y el mismísimo Wes Craven anunció su intención de remakear la película en Hollywood. En España, para variar, no tuvo mucho éxito. Y es una pena: esta historia de un hombre (Víctor Clavijo) que busca a un sobrino secuestrado antes de que un meteorito gigante haga picadillo a la Tierra resulta una variación muy interesante sobre el género que nos ocupa. Tan, pero tan interesante, que sospechamos que Lars Von Trier se fijó en ella durante la escritura de Melancolía.

El día de la Bestia (Álex de la Iglesia, 1995)


El Apocalipsis: Satánico y de Carabanchel. Con ganas de poner cabeza abajo al cine nacional, un director casi debutante aprovecha la cutrez de la España del 'pelotazo' para cocinar su propio fin del mundo. ¿Arriesgado? Pues sí, pero cuando hay talento el riesgo compensa: las aventuras del padre Berriatúa (Álex Angulo) y de su secuaz José María (Santiago Segura, en uno de los papeles de su vida) en pos del Anticristo se convirtieron en objeto de culto español e internacional, cimentando para los restos la carrera de Álex de la Iglesia tras la titubeante Acción Mutante. Años después, el cineasta bilbaíno se convertiría él mismo en La Bestia. Es decir, en el (efímero) presidente de la Academia de Cine.

No profanar el sueño de los muertos (Jorge Grau, 1974)


El Apocalipsis: Zombie y exportable. Como está mandado, el inagotable terror español de serie B producido durante los 70 también tenía su propia película apocalíptica... Y zombie, además. Jorge Grau, el director que nos mostraría "el felpudo de la Cantudo" en La trastienda, se llevó su plaga de muertos vivientes a Manchester, ciudad que queda arrasada por una horda de cadáveres reanimados por una máquina agrícola experimental. ¿Hay algo más cañí que eso? La temática cadavérica y la ambientación británica de esta película, ganadora del premio gordo en Sitges, la convierten en antepasada de otro filme del que hablaremos a continuación.

28 semanas después (J. C. Fresnadillo, 2007)


El Apocalipsis: 'Infectado' e internacional. 33 años después de que Jorge Grau se llevase sus muertos vivientes a Manchester, otro director español le recordó a los británicos que con los zombies españoles no se juega. Bueno, borremos lo de "zombies": como nos recordó Enjuto Mojamuto, las criaturas que nos presentó Danny Boyle son, en realidad, infectados por el Virus de la Furia. El canario Fresnadillo aprovechó este detalle para ofrecernos un filme mucho más viral, biológico y claustrofóbico que la primera entrega de la saga, con el siempre estupendo Robert Carlyle dando la nota psicótica y unos casi desconocidos (entonces) Jeremy Renner e Idris Elba en papeles bastante importantes.

Los días no vividos (A. Cortés-Cavanillas, 2012)


El Apocalipsis: Madrileño e indie. Será por la crisis, pero estos últimos meses hemos tenido ración triple de Apocalipsis a la española. Además de Los días no vividos y de la siguiente película de nuestro informe, contamos con este filme de medios restringidos (se rodó en vídeo digital, y apenas se estrenó en un puñado de salas) que compensa la falta de presupuesto con un acercamiento íntimo al tema. Vamos, que en lugar de mostrarnos al planeta reventando, se centra en la reacción de un puñado de madrileños, entre ellos Ingrid Rubio y Asier Etxeandia, ante la inminente catástrofe.

Fin (Jorge Torregrossa, 2012)


El Apocalipsis: Inexplicable y mediterráneo. Basada en una novela de David Monteagudo, con una financiación abundante (para los estándares del cine español, queremos decir) y con la presencia de Clara Lago y Maribel Verdú, Fin prometía ser uno de los triunfos nacionales del año pasado. Pero no fue así, y muchos sólo la recuerdan por la presencia del top model Andrés Velencoso. Aun y con todo, aquí hay más cosas en las que fijarse que el churri de Kylie Minogue: el guión de Jorge Guerricaechevarría (quien también firmó, no lo olvidemos, El día de la Bestia) resuelve dignamente una premisa difícil. Porque aquí no hay epidemias ni explosiones: cuando toca desaparecer, la humanidad desaparece, sin más.

Poke (Luis Papiol, 1985)


El Apocalipsis: Informático y cutre, muy cutre. Si no fuera por nuestro Crítico de Mierda y Paco Fox, su compañero en el serial Videofobia, jamás habríamos sabido de esta película... Lo cual, posiblemente, nos ayudaría a dormir más tranquilos por las noches, porque Poke es cine-basura español del peor. Eso sí, aunque su desarrollo sea penoso, su rodaje (¡en vídeo VHS!) haga daño a la vista y su nivel de calidad raye en lo subterráneo, esta película demuestra que los cineastas de aquí no tienen nada que envidiar a James Cameron. Porque, si en Terminator el canadiense necesitaba de toda una Skynet para acabar con la raza humana, aquí el aparatejo que pone al mundo al borde del colapso es un Commodore 64 dotado de inteligencia propia. Lo dicho: eso se llama aprovechar los recursos.

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