Hay muchas películas que nacen a partir de un libro. Pero el caso contrario es más frecuente de lo que crees: aquí puedes ver los casos más delirantes. Por YAGO GARCÍA
Aunque no muy popular en Europa, este género priva en EE UU, donde forma parte de la campaña de márketing de cualquier blockbuster que se precie. ¿Cómo funciona? Pues como ya te estarás imaginando: se coge el guión de una película que, muchas veces, ni siquiera se ha rodado aún, y se le entrega a un autor mercenario que le dará forma de novela a toda prisa, generalmente bajo seudónimo. De ahí que su calidad general sea más bien baja, aunque siempre hay excepciones (los guionistas de cómics Chris Claremont y Denny O'Neil hicieron sus pinitos con X-Men y El caballero oscuro, respectivamente) y anécdotas sabrosas, como la novela de Star Wars presuntamente escrita por George Lucas, pero parida por el autor Alan Dean Foster.
Por lo demás, las novelizaciones pertenecen por nacimiento al subgénero de las 'novelas de aeropuerto', lo cual las condena a las ediciones cutres de bolsillo, pero también tiene sus propias ventajas: muchas de sus cubiertas son productos de delirante diseño ochentero, y su condición desechable las convierte en productos para coleccionistas. A continuación podrás ver algunos ejemplos especialmente disparatados, entre los cuales hay filmes con tan poco diálogo que uno se pregunta cómo pudieron ser ampliados hasta la extensión de un libro.
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