Son el santo y seña del agente secreto más famoso del cine. A James Bond le esperan siempre, por película, una buena dosis de alcohol, tipos muertos a su paso y como no, el pimplarse a cada chica que la productora le pone por delante, siempre en términos de pantalla, evidentemente.
Parece mentira, pero George Lazenby, con un sólo film, se puso más las botas que Timothy Dalton en dos entregas (The Living Daylights (película) (1987), Licencia para matar (1989)).
Daniel Craig es el más borrachin de todos y Pierce Brosnan es el rey: cuatro películas (GoldenEye (1995), El mañana nunca muere (1997), The World Is Not Enough (1999), Die Another Day (2002)), y se ha cargado a media población de villanos (19 de media por película).
Al que ha hecho el ranking le ha faltado dar números concretos.
- Vía Pic | TheEconomist.com
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