¿Recuerdas cómo se llaman los protagonistas de 'Rock of Ages'? No, ¿verdad? Pues echa un vistazo a esta lista de intérpretes olvidables encabezando superproducciones. Por YAGO GARCÍA
Visto lo sosos que se muestran en Rock of Ages, parece que el futuro de Hugh y Boneta como estrellas de cine es bastante discutible. Es decir, que pertenecen a esa lista de intérpretes promocionados hasta la náusea por grandes estudios, lanzados al frente de blockbusters, y que terminaron quedándose en segundo plano porque, sencillamente, les faltaba carisma. Aquí tienes los ejemplos más recientes y espectaculares.
Alex Pettyfer
Se suponía que iba a hacer historia en... Soy el número cuatro (2011)
Pero nos quedamos igual porque... En principio, el gran salto a la fama de Pettyfer debería haber sido Alex Ryder: Operación Stormbreaker (2006). Pero, cuando esa película se fue directa al pozo de las franquicias fallidas, este joven inglés tardó cinco años en volver a asaltar el estrellato. Con Michael Bay como productor, y el respaldo mediático de una novela muy exitosa, Soy el número cuatro fue concebida para romper taquillas, pero sus resultados financieros en EE UU fueron decepcionantes, falló en la tentativa de crear una continuidad y arrojó a Pettyfer al territorio de subproductos como El corazón de la bestia.
Piper Perabo
Se suponía que iba a hacer historia en... El bar Coyote (2000)
Pero nos quedamos igual porque... Dados su manifiesto petardeo y su abundancia de ombligos al aire, El bar Coyote ha quedado como un exponente dosmilero del subgénero "es tan mala que mola". Pero seguro que, si la recuerdas, será por las chicas o por las canciones de LeeAnn Rimes, y no por su sinfustona actriz principal. De las baladitas acústicas y los contoneos sobre la barra, Perabo pasó a filmes tirando a sonrojantes (Dale caña que es francesa), a los papeles menores en producciones de más tronío (El prestigio) y a la serie B con clase en Infectados. Actualmente protagoniza la serie Covert Affairs.
Ed Speleers
Se suponía que iba a hacer historia en... Eragon (2006)
Pero nos quedamos igual porque... Sin haber protagonizado un mísero cortometraje, el inglés Speleers ganó el papel protagonista de Eragon gracias a su atlética constitución y a sus ojazos. Lo malo fue que, como pudimos comprobar, el chico tenía el mismo talento dramático que calidad literaria las novelas originales. Es decir, tirando a ninguno. Tras haber debutado en compañía de Jeremy Irons y John Malkovich, Speleers no ha vuelto a aparecer en un largo, y sólo hemos vuelto a verle en un capítulo de Downton Abbey.
Gabriel Macht
Se suponía que iba a hacer historia en... The Spirit (2008)
Pero nos quedamos igual porque... La cosa de ser actor te viene de familia (tu padre era un esforzado profesional de la TV) y llevas intentando levantar cabeza en Hollywood desde tu adolescencia, sin pasar de papeles muy menores en producciones mediocres. De repente, a tus casi 40 tacos, un Frank Miller en pleno subidón de ego tras Sin City y 300 se fija en ti para protagonizar su primer largo, y no se corta en juntarte con Samuel L. Jackson, Scarlett Johansson, Eva Mendes y (ejem) Paz Vega. Lástima que el filme en cuestión se revele como un truño incomestible, aunque siempre te quedarán las series (Suits) para ganarte el pan.
Noah Ringer
Se suponía que iba a hacer historia en... Airbender: El último guerrero (2010)
Pero nos quedamos igual porque... Podemos llamarlo, si queremos, el 'síndrome de Haley Joel Osment'. Es decir, la necesidad por parte de los grandes estudios de lanzar estrellas infantiles al por mayor, sin reparar en su carisma o su talento interpretativo. En el caso de Ringer, esto se manifestó desde su mismo casting, cuando M. Night Shyamalan le escogió para su filme más odiado debido a su cinturón negro de Taekwondo. El chico no actúa mal, y si se pone puede ser riquiño y todo, pero dado que su segunda película (Cowboys and Aliens) ha sido un mediano patinazo, no parece que podamos esperar grandes cosas de su carrera.
Brandon Routh
Se suponía que iba a hacer historia en... Superman Returns (2006)
Pero nos quedamos igual porque... Las malas (o mejor, malísimas) lenguas de Hollywood afirmaron en su día que Bryan Singer le otorgó a Routh el papel de 'Supes' por tratarse de su pareja. Pero esto son sólo rumores, así que la explicación más lógica es la siguiente: empeñado en lograr un filme que captase al público de las comedias románticas, el cineasta optó por un actor con más hechuras de galán que de superhéroe. Lástima que un Brandon muy debutante no supiera compaginar la épica con la picardía de la misma forma que Christopher Reeve.
Dakota Blue Richards
Se suponía que iba a hacer historia en... La brújula dorada (2007)
Pero nos quedamos igual porque... Poner a una (presunta) estrella infantil en este informe puede parecer cruel, pero insistimos: en casos como el de Dakota, o el de Noah Ringer, el problema no es de los actores, sino de los estudios. A cualquiera se le ocurre que una producción censurada y alterada hasta volverla irreconocible, que desperdicia su star power (el de Nicole Kidman y Daniel Craig, nada menos) y promocionada como un sucedáneo de Harry Potter cuando no tiene nada que ver es la peor forma de lanzar a una joven intérprete. Menos mal que, ya crecidita, esta británica se ha resarcido con un papel en la serie Skins.
Sam Worthington
Se suponía que iba a hacer historia en... Avatar (2009)
Pero nos quedamos igual porque... Si la epopeya azulada de James Cameron pasó a la historia como el mayor blockbuster de lo que llevamos de siglo fue, sin duda, gracias a sus alardes técnicos. Pero no a la popularidad de sus actores, por mucho que el director fuese el primero en decir que la carrera de Worthington iba a ser la repanocha. Tres años después, con el bluff de Terminator Salvation a cuestas, la rechifla crítica ante Furia de titanes y su secuela, y un trabajo de muy poco fuste (Al borde del abismo) como último asalto a la taquilla, mucho tiene que sonreírle la suerte a este australiano para que su trayectoria se enderece.
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